Fernando Larraín
Diario La Tercera.
El protagonismo que ha adquirido en los últimos días el tema de la desigualdad, además de coincidir con el período electoral, coincide con ciertos factores económicos y sociales que permiten que se le dé la atención que hasta ahora se le había negado.
Sin embargo, el problema de la desigualdad –tanto de ingresos como de oportunidades- ha sido tratado de forma unilateral, porque los discursos públicos dejan entrever como único responsable al Estado (no sólo a quienes gobiernan, sino que al aparato estatal como organización).
Para el imaginario colectivo, entonces, la desigualdad es un tema que debe resolver el Estado, lo cual es una simplificación que constituye un gran error: la sociedad civil también tiene un importante rol que cumplir.
Respecto a la desigualdad de oportunidades, hemos avanzado bastante. De acuerdo a las cifras del Censo 2002, en 10 años se ampliaron significativamente las oportunidades en términos de cobertura educacional, acceso a salud y vivienda.
Pero aún nos quedan, como país, grandes desafíos en esta materia.
Es ahí donde las políticas públicas tienen mucho que aportar: una reforma previsional que fortalezca el pilar I; un mejoramiento en la calidad de la educación y ampliación de la cobertura preescolar; una reforma tributaria que busque mantener la neutralidad del sistema actual y lo simplifique, para disminuir la evasión y la elusión. El desafío es grande y de largo plazo, y en esta dirección deben apuntar las políticas públicas de los próximos años.
Sin embargo, los resultados de las políticas públicas no llegan a toda la población, ya sea porque las políticas sociales son limitadas, dada la carga tributaria del país, o porque estas políticas se construyen pensando en los más pobres. Es por ello que, para la mayoría de los chilenos, el acceso a la igualdad de oportunidades está relacionado principalmente con el ingreso que tengan las familias. Cobra sentido, en este modelo, la preocupación por la distribución de los ingresos.
Hay consenso respecto de que la actual distribución del ingreso es mala: eso nadie lo discute. En el contexto internacional somos una de las diez peores naciones en términos de igualdad de ingresos.
Contra la creencia masiva de que la mala distribución de ingresos se da en la mayoría de los niveles de ingreso, este es un fenómeno que nace en el percentil más rico de la población. La diferencia de ingresos en este percentil es cercana a $40.000.000, mientras que la diferencia en el percentil 90 es de sólo $26.000. Ello demuestra que los datos de distribución de ingresos se encuentran determinantemente sesgados por lo que ocurre en el 1% más rico de la población.
No podemos, entonces, hablar de la desigualdad a nivel país. Menos sabiendo que los sueldos crecieron sólo un 1,8% real el 2004, mientras las ganancias de las empresas -y por lo tanto de sus dueños-, bordearon al 40% en el mismo período. Dado lo anterior suena irrisorio pedirles a los trabajadores que redistribuyan mientras las empresas y sus dueños no lo hacen.
Por lo mismo, nuestro “primer mejor” es que todos nos hagamos responsables de la desigualdad, sabiendo que el compromiso de ese 1% es fundamental para avanzar hacia una mayor equidad de los ingresos y, por ende, en la generación de oportunidades.
Sabemos que estos cambios toman tiempo, pero ello no implica que debamos conformarnos con meros discursos y demagogias. Tenemos que comenzar a construir las bases para una sociedad más equitativa y más solidaria, menos individualista y más integrada. Por lo mismo, no podemos esperar que las políticas públicas se encarguen de todo.
Hoy más que nunca necesitamos de un acuerdo social tripartito entre trabajadores, empresarios y Gobierno y, en el fondo, éste depende de las ganas de avanzar que tenga ese 1% más rico de la población. No se debe discriminar a trabajadores no calificados (con salarios inferiores a su productividad), hay que avanzar hacia una mayor flexibilidad pero no hacia una mayor informalidad. Hay que incorporar componentes de variabilidad en el empleo, tener sistemas de turno y salarios participativos, buscar un mejor diseño de las indemnizaciones por años de servicio y eliminar la desigualdad de género.
Atacar los factores que ocasionan una distribución desigual, ya sea de las oportunidades o de los ingresos, es una tarea que exige consenso social. Conlleva esfuerzos y sacrificios, y requiere de convicción y responsabilidad. Sin embargo, es un desafío ineludible para construir un país más cohesionado; después de todo, equidad y gobernabilidad son condiciones de primer orden en la economía.
Fernando Larraín.
lunes, 27 de agosto de 2007
La desigualdad, un tema del Estado. ¿ Y ese 1%?
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OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO...
Objetivo 1.
META: Reducir a la mitad en 2015 el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a 1 dólar por día, y el de personas que padecen hambre.
Según el secretario general de la FAO, Jacques Diouf, en las actuales condiciones, el objetivo número 1 no se alcanzará en el año 2015, sino en 2150.
El objetivo se está logrando sólo en Asia Oriental y el Pacífico, pero NO en África subsahariana, América Latina y el Caribe, algunas partes de Europa y Asia Central.
Las personas pobres son cada vez más pobres. En África Subsahariana y en Asia meridional el número de personas que padecen hambre ha aumentado en decenas de miles. La agricultura industrial ha demostrado su fracaso y el SIDA se ha cobrado un número brutal de vidas que se encontraban en sus años más productivos.
1.100 millones de personas viven en condiciones de pobreza extrema (menos de un dólar al día) y 1.600 en condiciones de pobreza (menos de dos dólares diarios). En total representan el 40% de la humanidad. Y la pobreza se extiende tanto en el Sur como en el Norte, conforme crece la diferencia de ingresos entre la población más rica y la más pobre.
META: Todos los niños y niñas podrán terminar un ciclo completo de enseñanza primaria en 2015.
Se necesitan 3.700 millones de dólares más al año para alcanzar el objetivo. En 2015, 47 millones de niños y niñas seguirán sin ir a la escuela y África no alcanzará este objetivo hasta el año 2150. 86 países están lejos de lograr esta meta.
Para lograr la educación primaria universal en 2015 se necesitan al menos 18 millones de docentes más. El mayor reto se encuentra en los países del África subsahariana. La región tendrá que elevar el número actual de docentes en un 68% (de 2,4 a 4 millones) en menos de una década.
100 millones de menores en edad escolar no están escolarizados. En cinco países africanos, ni siquiera la mitad de los niños y niñas está matriculado. Asia meridional, Oceanía y Asia occidental también están rezagadas con un 20% de menores sin escolarizar. Ocho de cada diez niños y niñas sin escolarizar viven en África subsahariana o Asia meridional.
El peso del pago de la deuda externa y los ajustes estructurales del FMI y el BM, obligan a muchos países empobrecidos a recortar sus presupuestos en educación. Las políticas de la OMC presionan hacía la privatización de estos servicios. El continente africano paga por la deuda cuatro veces más que lo que gasta en Sanidad y Educación. En Benín, el 43% de la cancelación de la deuda se destinó en 2002 a la educación. En Malawi, los recursos sehan empleado por ejemplo a la formación de 3.600 nuevos docentes al año.
META: Eliminar las desigualdades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para el año 2005, y en todos los niveles de la enseñanza para 2015.
El primer objetivo que debía alcanzarse en 2005 no se ha logrado.
En más de 90 países la desigualdad en el género todavía existe en todos niveles educativos. Del total de menores sin escolarizar en el mundo, el 60% son niñas. Las mujeres representan, de manera análoga, dos tercios de los 880 millones de adultos analfabetos que hay en el mundo.
En cuanto a la igualdad de géneros en el trabajo, las mujeres trabajan en un mayor porcentaje que los hombres en la economía informal con menos probabilidades de un puesto remunerado.
META: Reducir para 2015 en dos terceras partes la tasa de mortalidad de los niños menores de 5 años.
Según las tendencias actuales, el Objetivo 4 se cumpliría en 2045, 30 años después de lo acordado. Esto se traduce en un costo humano de 41 millones de muertes infantiles más.
En 2004, 11 millones de niños y niñas murieron antes de cumplir los cinco años. Desde 1990 las tasas de mortalidad infantil en el mundo tan sólo han mejorado significativamente en África septentrional, y en menor medida en América Latina, el Caribe y en el Sudeste asiático. Una vez más, la situación de África subsahariana vuelve a ser escalofriante: uno de cada seis niños muere antes de cumplir su quinto cumpleaños.
La mitad de estas muertes se deben a tan sólo cinco enfermedades: neumonía, diarrea, malaria, sarampión y sida. La mayoría de estas vidas podría salvarse con medidas de muy bajo costo como sueros, vacunas, antibióticos, instalación de mosquiteros, etc.
En 14 países, 10 de ellos en África, mueren más niños menores de 5 años hoy en día que en 1990.
META: Reducir la tasa de mortalidad materna en tres cuartas partes para 2015.
Todos los años, más de medio millón de mujeres muere durante el embarazo o el parto; es decir, cada día muere una mujer por minuto debido a esas causas.
Aunque a nivel mundial mueren menos mujeres en el parto, las cifras no se están reduciendo en los países más afectados. En África Subsahariana, sólo se atiende el 46% de los partos, siendo la zona en la que se producen la mitad de las muertes maternas ocurridas en el mundo.
El riesgo a morir durante el embarazo o en el parto afecta a una de cada 16 mujeres en África Subsahariana; en los países ricos a una de cada 3.800.
Para reducir la tasa de mortalidad materna aún se necesitan muchos más recursos encaminados a que los partos sean atendidos por médicos o personal capacitado.
META: Detener y comenzar a reducir para 2015 la propagación del VIH/SIDA, así como la incidencia de enfermedades como el paludismo y otras enfermedades graves.
África subsahariana sólo ha recibido el 60% de los fondos prometidos para la lucha contra el sida. Si no se adoptan pronto mayores medidas para combatir la enfermedad, en 2025, las infecciones podrían propagarse a 90 millones de personas en África.
La prevalencia del VIH ha aumentado en todas las regiones del mundo y su propagación no ha podido detenerse en forma definitiva en ningún país.
En 2005 hubo 4.1 millones de nuevos infectados de VIH/SIDA. Sólo el 12% de las personas con VIH tiene acceso a los retrovirales. Esto se debe en gran medida a que la industria farmacéutica sigue dificultando el uso de genéricos a los estados más empobrecidos y azotados por la enfermedad.
Cada año el paludismo y la tuberculosis juntos causan la muerte de casi tantas personas como el SIDA. En África muere un promedio de 1 niño cada 30 segundos debido a la malaria. La tuberculosis lejos de reducirse sigue presentando una tendencia al alza.
META: Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales e invertir la pérdida de recursos del medio ambiente. Reducir a la mitad en 2015 el número de personas que carecen de acceso al agua potable o saneamiento básico. Mejorar para 2020 la vida de por lo menos 100 millones de habitantes de infraviviendas.
A este ritmo, en 2015, cerca de 2.170 millones de personas en todo el mundo seguirán sin tener servicios mejorados de saneamiento y 650 millones no tendrán acceso a fuentes de agua en buen estado, 70 millones de personas más que lo previsto en el objetivo. Las consecuencias de la degradación ambiental aumentarán significativamente en los próximos 50 años y, según la ONU, es ya la segunda causa de fallecimiento de personas en el mundo.
La sostenibilidad no podrá lograrse con el actual modelo de consumo y uso de los recursos. Los suelos se degradan de forma alarmante, las especies animales y vegetales desaparecen a un ritmo comparable a la época de la extinción de los dinosaurios. Las emisiones de CO2, lejos de reducirse, están aumentando a nivel mundial (el último dato es un aumento del 4% en el 2003) y la sobreexplotación de los bosques y los recursos marinos aumenta.
Más del 60 por ciento de los recursos que permiten la vida sobre la tierra y que forman los ecosistemas se están degradando peligrosamente. Así el ser humano ya consume, usa o ha destruido el 40% de la capacidad de fijación de CO2 del planeta.
El consumo de agua en mal estado provoca más muertes que la guerra o el terrorismo. Más de 5 millones de personas –el 90% niños y niñas- mueren por esta causa. La misma cantidad de agua que usa una persona de un país del Norte en la cisterna del inodoro o en lavarse los dientes, es la que usan millones de ciudadanos del Sur para lavar, beber y cocinar durante un día entero.
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Indigentes: ¿Cuándo nos pondremos las pilas con ellos?
El jueves 25 de Abril un joyero de Manhattan interpuso una demanda judicial contra las Personas en Situación de Calle (PSC) que dormían frente a su negocio. Fueron acusadas de “dormir en la vía pública” y de consumir alcohol, pero la verdadera acusación era ahuyentar a los potenciales clientes del local. La solución planteada por el afectado, era el traslado de los “ homeless” a un refugio u hospedería cercana al lugar; pero en vista de la imposibilidad de un traslado demandó en un millón de dólares a las personas que allí dormían.
En Chile estamos viviendo una situación similar. No por una demanda contra las Personas en Situación de Calle, sino por los cada vez más recurrentes conflictos entre las autoridades, vecinos, transeúntes y las personas que viven en la calle. Hemos presenciado en el último tiempo artículos de prensa (domingo 28 de Enero 2007) que su retórica versa sobre los mismos argumentos dados por el comerciante de Nueva York. Las Personas en Situación de Calle molestan, y al parecer sólo por su presencia.
Estos hechos los podemos ver desde varios puntos de vista. Hemos sondeado uno y podemos hipotetizar sobre el resto.
1.- Las personas que viven en la calle hacen de ésta un espacio necesario para la formación de su identidad.
Sus identidades se encuentran en constante tránsito desde:
• una identidad diferenciada: según los estados de integración tradicional,
• y una segmentada: o sólo atribuible a un ser de calle.
La diferencia entre ambas, es que mientras la primera impone lealtades, poderes y eficiencias externas hacia los sujetos (por medio de compromisos laborales, familiares, de seguridad y de orden), la otra impone lealtades marginales, tanto con los pares, las ONGs u otro significativo,
2.- Por lo tanto, la lógica de acción, tanto pública como privada, debe iniciarse a partir del entorno de calle, es decir, desde el supuesto que en la calle existen identidades en tránsito que pueden potenciarse; en este contexto, las ONGs se convierten en un mediador eficiente para accionar políticas sociales para la superación de la exclusión y pobreza , observando las lógicas de vida que se dan en la calle, los intereses sociales y políticos de la sociedad integrada. Son las ONGs de Chile las llamadas a escuchar la “voz de los pobres” y reflejar acciones desde ésta.
3.- Se pide a las personas de calle que transen y que entiendan la situación de vecinos y comerciantes, pero éstos no son capaces de ceder ante los OTROS. A través de las Municipalidades se los ayuda para que puedan salir de la calle, se les da oportunidades de empleo, de alojamiento en hospederías, pero a la vez los mismos actores municipales recurren a Carabineros para ahuyentarlos, no pocas veces con violencia y humillación. Estas contradicciones suman consecuencias negativas a la superación de la pobreza porque nos se establece un trabajo constaste de verdadero y genuino respeto por el otro; nuestra opción en “Moviliza” es el consenso como estrategia para superar pobreza, ello implica acción concertada entre todos los actores involucrados, donde todos transemos para dar alternativas reales para la superación de la exclusión.
¿Estabas al tanto de esto?
¿Y tú, qué estás dispuesto hacer?
¿Quieres ayudar trabajando?
• Moviliza: es una Corporación que busca mejorar la calidad de vida de las Personas en Situación de calle, por medio del desarrollo de capacidades y el fortalecimiento de sus derechos.
Proyectos en los cuales puedes participar:
1. Programa en terreno UNELC (Una Noche en las Calles): persigue lograr espacios de acogida y diálogo junto a las personas que viven en la calle.
2. Centros de Participación Comunitaria: en ellos se potencia la participación comunitaria. Lograrán así repensarse como los protagonistas de sus vidas y no como meros receptores de caridad. En los centros se revitalizan las capacidades de los pobres para afrontar sus problemas. Las actividades se centran en la promoción de la salud, el trabajo, la educación, los derechos sociales y la asistencia, entre otros.
Para mas información ingresa a: www.moviliza.cl
O envía un mail a: info@moviliza.cl
• Corporación Nuestra Casa
Proyecto:
Restitución de derechos y acompañamiento a personas que viven en la Vega Central (comuna de Recoleta), lugar donde cada jueves acude un grupo de voluntarios (Jueves Solidario). Además participar y potenciar el Consultorio de Derechos Sociales. Se trabaja juntos en torno a la espiritualidad, la cultura (paseos culturales), etc.
Más información en: http://www.nuestra-casa.cl/
Mail: voluntariado@nuestra-casa.cl
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