martes, 18 de noviembre de 2008

La responsabilidad de todo un país frente al SIDA


Por Claudia Rojas

Uno de los temas más controversiales estos últimos meses, ha sido el grave problema que ha surgido en el hospital de Iquique con respecto a los casos no notificados de SIDA, en donde ya hay víctimas fatales y más de 320 casos en el resto del país aún sin ser notificados a los afectados.

El VIH o virus de inmunodeficiencia humana, es una enfermedad que ha venido atacando a jóvenes, adultos y niños desde hace ya varios años, a pesar de ser un enfermedad descubierta hace poco (1981 se detectaron los primeros casos), pero que ha tenido un crecimiento insostenible en el mundo y, que por supuesto no ha dejado fuera a nuestro país que ya en el 2004 daba cuenta de un total de 4.893 por Sida, un tercio de las personas notificadas.

Hoy son tantos los casos de SIDA en el país que la sociedad se ha visto alarmada y sumamente preocupada por el tema. Sin embargo, muchas veces esta enfermedad está en manos de nosotros mismos, claro está que la sociedad ha ido avanzando y con ello también las libertades se han ido ampliando, pero hay ciertos momentos en donde la responsabilidad juega un rol importante en el contagio del VIH. Hoy se nos presentan muchas formas de evitar las enfermedades por transmisión sexual, la ciencia ha permitido que nuevas y variadas tecnologías o medicamentos ayuden a una relación sin peligros o contagios. Además, se nos presenta otra mirada, quizás más conservadora y hasta llamada por muchos como "anticuada" pero que es una forma de evitar el peligro del contagio, esta es la abstinencia, que cobra gran intensidad y fuerza cuando nos enfrentamos a enfermedades tan delicadas y dolorosas como es el SIDA, este un elemento clave ya que debemos recordar que la principal vía de transmisión es a través de las relaciones sexuales no protegidas, lo que nos lleva a pensar ¿Puede una irresponsabilidad acabar con mi vida...si en mis manos está la solución?.

Ahora bien, volviendo al caso ocurrido en el hospital de Iquique, la falta de compromiso, responsabilidad y profesionalismo, que saltaron a relucir en este desastroso caso, nos muestran también otro gran problema que es el de la salud. Hoy el país, a pesar de las crisis, se encuentra fuerte y con grandes posibilidades de ser un país desarrollado y sumamente valorado en el extranjero -aún más de lo que hoy es- sin embargo, negligencias como esta, nos muestran que el camino aún es largo y queda mucho por recorrer, ya que siendo la salud un tema prioritario, hoy en Chile deja mucho que desear. No nos basta con excusas en donde se nos diga que esto es una alarma pública injustificada, puesto que el problema es grave y ataña a toda una sociedad, en donde familias enteras ven como se desmorona su vida y felicidad por "errores" de quienes juran proteger la vida de una persona por sobre todas las cosas.

A pesar de lo oscuro que hoy se vea el panorama, la responsabilidad cae principalmente en nuestras manos, enfermedades fatales como el SIDA pueden ser controladas, si comenzamos a no sólo hacernos cargos de nuestras acciones, sino además, a exigir un Estado y autoridades comprometidas con las necesidades básicas de la sociedad. No hagamos de Chile un país en vías a la mediocridad, actuando con responsabilidad y compromiso podemos evitar gran cantidad de fatalidades....entonces... ¿Será realmente el SIDA quien atenta contra la vida del ser humano, o es este último el principal depredador de la vida?

martes, 14 de octubre de 2008

Crisis económica


Por Ignacia Saiz


La crisis que se desató en Wall Street hace poco más de un mes, y que se venía gestando desde el año pasado, ha remecido a las economías mundiales. Los bancos sacan cuentas y hacen estimaciones a futuro apretando los dientes. Bajas en los índices más importantes y alzas del dólar: estamos viviendo el panorama negro de las fallas del sistema económico preponderante.

Estados Unidos tuvo una cifra de despidos de las principales empresas del sector financiero muy alta en 2007, superando los 150.000 despidos, más del triple de los despidos de 2005 y 2006. Este año, la cuenta ya superó los 100.000, y se espera que en estos últimos 3 meses del año ocurran, a lo menos, 40.000 más. Dos años negros para esta potencia mundial, que ha visto caer su sistema económico y las fallas del mercado se han hecho notar.

Sin embargo, más allá de cifras, índices y cálculos bancarios, la crisis implica un período de “vacas flacas”, en el que las personas comunes y corrientes resultan ser las más perjudicadas. Es un proceso económico: ahora es la etapa difícil para los accionistas. Más adelante, nos tocará a las personas. Y, a pesar de las inyecciones de dinero para solucionar este gran problema, todo parece apuntar a la recesión económica. El dólar sube, y con ello los productos importados tienen alzas de precio. Además, disminuyen cuantiosamente las exportaciones, ya que los países importadores, principalmente Estados Unidos y europeos, retienen capital e invierten menos en materias primas. Esto, a su vez, conlleva a reducciones en las empresas con la finalidad de reducir los costos: despidos masivos de personal. A largo plazo, esta crisis afectará, principalmente, a la clase media.

Chile se mantiene de pie ante la crisis y, gracias a una buena economía más bien de resguardo de capital que expansionista, está muy bien posicionado ante este huracán. Sin embargo, en un mundo globalizado como en el que vivimos hoy, Chile no puede mantenerse al margen de este fenómeno mundial. El aumento del precio del dólar aumenta el precio de las cosas, como por ejemplo, de los combustibles. La inflación por tanto también sube, el IPC, y todo se hace más caro. ¿Qué políticas públicas se pueden aplicar en estos casos? ¿Cómo evitar que esta crisis afecte al ciudadano común? ¿Son eficientes las inyecciones de efectivo o una simple pérdida de dinero?

La Salud en Chile


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Dr. Luis Monasterio Aljaro.
Director Hospital del Niño con Fisura

En las últimas décadas, Chile ha mejorado en forma notable sus índices de salud, reconocidos internacionalmente. La tasa de mortalidad infantil, la mortalidad materna y los índices de sobrevida actual señalan cifras excelentes, comparables con los países desarrollados de Europa y Estados Unidos.

En Chile existen dos tipos de salud: la privada, que corresponde al 20% de la población; y la publica, al 80% restante. Claramente, la primera se percibe de una calidad mucho mejor, con una infraestructura superior y, por ende, un costo per cápita también mayor.

En el otro frente, es de todos los días observar en los medios informativos las dificultades que enfrentan los hospitales públicos y consultorios: colas para la atención, colapsos en servicios de urgencia, trato poco deferente hacia el público, falta de medicamentos, mal estado de los hospitales, etc. Sin lugar a dudas, las políticas de salud pública de los últimos años -que incluyen saneamiento ambiental, agua potable, vacunas, entrega de leche, programas de nutrición preescolar y escolar, entre otros- han contribuido a mejorar estos índices. Pero, ¿cómo se entiende que con esta realidad se exhiban índices de salud tan satisfactorios?

La receta más simple para mejorar la salud pública sería que se pareciera a la salud privada (sin sus vicios y defectos, que por supuesto los tiene). ¿Cómo lograrlo? ¿Es problema sólo de recursos?, mi impresión es que no. Además de los recursos económicos, se requiere de una gestión y administración profesional, que los hospitales y consultorios sean una empresa como lo son las clínicas, con metas y logros, en plazos definidos, con índices de cantidad y también de calidad en la atención; con un personal motivado, con estímulos reales tangibles. Los usuarios deben tener el derecho de poder elegir el hospital o consultorio y ese establecimiento debe ser premiado.

Recuerdo la política de una clínica (no en Chile) donde el personal era calificado una vez al año: el peor evaluado era despedido y al mejor se le subía el sueldo, se le invitaba a una cena en un buen restaurant y se le daban regalos. Esa clínica tenía el mejor personal que se podía disponer, con una política cruel pero efectiva. En nuestros hospitales y consultorios ¿qué estímulos tiene el personal?, sólo un aumento del salario por años de servicio, existiendo otras condiciones mucho más importantes que la mera antigüedad para obtener un mejor salario.

El tema de la salud es un campo de amplia discusión, pero es necesario que todos los chilenos tengan derecho a una buena atención ahora y que no seamos testigos de la injusticia y desigualdad que se observa hoy en día, carente de empatía con el prójimo.

Los hospitales deben parecerse a las clínicas en calidad y las clínicas un poco a los hospitales en solidaridad. Eso es lo que tratamos se hacer Fundación Gantz - Hospital del niño con Fisura. “En la vida lo importante no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace…”.

lunes, 15 de septiembre de 2008

El Chile de dos fechas





María Ignacia Sáiz
IV Medio Colegio Compañia de María - Apoquindo
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Este mes tiene dos fechas que nos hacen recordar hitos muy importantes en la historia de nuestro país. Una de estas fechas es el 18, que celebramos todos juntos y unidos. Pero una semana antes de eso, nos dividimos. ¿Qué pasa con Chile y el 11 de septiembre?

La controversial fecha, 11 de septiembre, la vivimos la mayoría de los chilenos con miedo de salir a las calles, y muchas de las actividades terminan más temprano ese día para que la gente pueda ir a sus casas y estar protegida, porque por la tarde y hasta la madrugada del día siguiente, muchos protestantes de manera violenta salen a cometer actos de vandalismo. Además, marchas y otras formas de expresión se dan a conocer durante la jornada. Esto divide a Chile en 2 bandos políticos por algo que pasó hace 35 años atrás. Fuera de ideologías políticas, todos los chilenos queremos un país mejor, y, aunque nos cueste olvidar, deberíamos unirnos como chilenos y no separarnos por algo que ya pasó. Es evidente que aún después de tantos años, los sentimientos se siguen viviendo con fuerza en los corazones de muchos chilenos, pero esto no puede seguir separándonos, porque hoy todos buscamos algo mejor para nuestro país. Pensemos lo que pensemos, y aleguemos por lo que aleguemos, hay personas que nos necesitan, y que recibirán nuestra ayuda si se la entregamos, sin importar cuál sea nuestra posición frente a los conflictos del pasado. Y ese debería ser nuestro norte: realizar actividades que unan a la gente y que nos conduzcan a una sociedad que es capaz de superar los problemas, en la que el servicio se vive aún cuando existen diferencias entre las personas. Entendernos, no significa que tengamos que compartir lo que el otro piensa. Pero tenemos que aprender a escucharnos y saber respetarnos mutuamente, como chilenos y sobre todo como personas, y de este modo trabajar juntos en la construcción de un Chile mejor. Si redundamos en asuntos del pasado todo lo que conseguiremos será seguir traspasando miedos y odios a las nuevas generaciones; miedos y odios que no traen ningún fruto y que, por el contrario, nos dividen profundamente. Ese es el desafío que se nos viene presentando hace tiempo y que no hemos sabido enfrentar. Parte por nosotros mismos el dejar atrás lo que ya pasó y pensar de una manera futurista y constructiva. Lo que pasó, pasó. Y por eso, enfoquémonos en lo que está por pasar, y cómo queremos que pase.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Septiembre, mes de la Patria… ¿Celebramos todos los chilenos?




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María Ignacia Sáiz
IV Medio Colegio Compañia de María - Apoquindo

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-Septiembre es el mes en el que Chile se llena de llamativas ramadas y fondas, y se adorna con banderas tricolores, celebrando el mes de la patria. Se baila cueca y se disfruta de un asado, de la chicha, del vino y de las empanadas. Pero, ¿estamos todos los chilenos en condiciones de celebrar, o hay gente que queda marginada de las festividades patrias?Se estima que actualmente en Chile el 13,7% de la población total se encuentra en situación de pobreza, y poco más del 2% en situación de indigencia. Esto equivale a más de 2 millones de chilenos. ¿Tienen estas personas la posibilidad de celebrar el 18 de septiembre?En el último tiempo, los alimentos han aumentado sus costos en un 25,8%, según el Ministerio de Planificación, Mideplan. Carnes, verduras, frutas y lácteos, cada día son más caros producto de la inflación. Debido al aumento del IPC, se estima que 509.000 personas (27.000 familias chilenas) pasaron a ser consideradas pobres, en sólo 19 meses, según Libertad y Desarrollo, LyD.

En 2006 la línea de la pobreza se superaba con un ingreso mensual familiar de $47.000, cifra que hoy está evaluada en $59.000. Los precios y costos suben; sin embargo, los sueldos se mantienen. Se estima que las empresas pagan a sus empleadores aguinaldos de septiembre de $90.000 en promedio. Ésta cifra debería subir a $100.000 este año, ajustándose a las alzas del IPC. Éste monto sería de gran ayuda a las miles de familias que viven con el bolsillo apretado y quieren celebrar las fiestas patrias. Sin embargo, sólo el 10% de la fuerza laboral recibe aguinaldo. El resto, se las tienen que arreglar con el sueldo mensual, que si ya cuesta hacerlo durar durante todo el mes, se hace prácticamente imposible utilizarlo para costear un buen asado con la familia. Por este motivo, son muchísimas las familias marginadas de las festividades.

Celebraciones alternativas ...¿Te inquieta celebrar y que otros no puedan hacerlo?Si quieres celebrar el mes de la patria de una manera diferente, aportando a construir el Chile que queremos, y que miles de familias necesitan, puedes hacerlo. Las herramientas están a tu disposición para que realices la actividad de ayuda social que quieras. Muchos programas de ayuda social tienen las puertas abiertas para ti. Recuerda que hay muchos chilenos a los que también les gustaría celebrar, pero que no están en condiciones de hacerlo. Tú puedes aportar tu granito de arena … depende de ti.

martes, 19 de agosto de 2008

El trabajo mejor remunerado

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.Alejandro Valenzuela
Estudiante de Periodismo
Universidad Adolfo Ibáñez





Es verdad, hoy en el mundo no solamente se utiliza la solidaridad con fines desinteresados, detrás de toda acción existe una repercusión y en este caso no es muy complejo determinar cuales son aquellos abonos que se ganan cuando uno es “solidario”. Y expongo esta palabra entre comillas, debido a que es crucial aclarar que Solidaridad, según la real academia española es: “Adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros”, por ende como es circunstancial ya podríamos determinar que cualquier acto de alguna demostración de apoyo a una causa (que ciertamente está relacionada gracias a una estigmatización social con algo moralmente bueno) estaríamos siendo solidarios.

¿Estará bien ser solidario de la manera en que estamos llevando este término?, pongamos el ejemplo de una empresa, ¿cuál creen que se verá mejor en el mercado, aquella que entre sus gastos una parte es destinada a acción social u otra que solamente utiliza sus bienes para fines propios?, bueno la respuesta es casi evidente, muchas de las entidades financieras que rigen nuestro país están prácticamente obligadas a establecer algún tipo de vínculo con una entidad social, aunque no sea permanentemente. Otro ejemplo de esto es la Teletón, un movimiento que cada vez quiere tener más adeptos, muchas marcas en el mercado intentan estar en este gran evento que se realiza comúnmente a principios de diciembre. ¿porqué se dará tanto interés a esto?, realmente será tanto lo que están donando, o será una “inversión social”, ya que con toda la sobre exposición que existe de estas marcas, ¿no ganarán incluso más de lo que donan?, ¿qué pasaría si les ofrecieran donar no contándole a la mano izquierda lo que hizo la derecha?.

Bueno, la disyuntiva que presento se da sempiternamente dentro de nuestra sociedad y no tan solo a nivel de empresas, si no como expuse en un principio va muy ligada al como operan las personas en su vida diaria. Por ello creo que es bastante prudente preguntarse si ciertamente estamos bien encaminados, si lo importante son las intenciones o más bien las acciones, ¿realmente lo que tenemos que hacer primordial es la actitud frente a las cosas?, ¿cómo de debe equilibrar esta balanza que por un lado tiene a aquellas personas que ayudan sin esperar nada a cambio y en su contrapeso están aquellas que buscan un beneficio directo de la solidaridad?.

domingo, 10 de agosto de 2008

Una Pausa para Escuchar

Padre Rodrigo Tupper, Vicario de la Pastoral Social y los Trabajadores
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Terra
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Agosto es el Mes de la Solidaridad, en el que recordamos a San Alberto Hurtado, un ejemplo de lo que significa vivir la solidaridad cada día de la vida.Este año, junto a diversas instituciones dedicadas al trabajo solidario queremos invitar a todas las personas a participar activamente de la Campaña Escuchar Hace Bien, la que surge de la convicción de que “escuchar” es la semilla de toda solidaridad, y es algo que necesitamos urgentemente como país. Una actitud simple, pero que muchas veces escasea en nuestra sociedad, en la que es más frecuente criticar, denunciar, o imponer las propias ideas más que promover el encuentro entre las personas.
Necesitamos escucharnos más. Escucharnos en el mundo político, en la familia, en el colegio, en la calle, en la oficina, en todos los ámbitos. Creemos que la solidaridad nace cuando nos escuchamos con el corazón, porque está en la naturaleza de los seres humanos.
Hace unos días un estudio de opinión dio a conocer que cada día son menos los chilenos que se sienten solidarios (sólo el 50%). De ahí la importancia de motivarnos para no perder este valor tan propio de nuestra idiosincrasia, porque la solidaridad es el nombre del amor entre los seres humanos, es un llamado de esperanza y de fe y una buena noticia para todos. Sabemos que todos nos necesitamos y todos podemos aportar algo. También hemos aprendido que la SOLIDARIDAD hace bien, que el regocijo de hacer algo por los demás le da sentido a nuestra vida, le da emoción y nos permite crear lazos.
Es por eso que en este mes los invitamos a compartir su tiempo y estar con otras personas. La compañía es un aporte solidario muy importante, ante la soledad que viven muchos hoy. Estar gratuitamente, sin tener que hacer algo por el otro o la otra, simplemente estar junto al que sufre o tiene un dolor. Y sobre todo los invitamos a vivir la solidaridad en lo cotidiano, porque la vida está hecha de momentos pequeños, incluso las vidas más notables. Partamos siendo solidarios con las personas que tenemos más cerca, hablándole al vecino, evitando difundir rumores de conocidos y desconocidos, ofreciéndonos a ayudar y especialmente dándonos un tiempo para escuchar y para encontrarnos con los otros.

martes, 22 de julio de 2008

A partir de “Los cara ´e Jarro”. . .









Alejandro Valenzuela
Estudiante de Periodismo
Universidad Adolfo Ibáñez

El acontecer nacional esta semana nos presenta una vez más el procesamiento de una banda con grandes redes y muy peligrosa como son los “cara ´e jarro”. Pero aunque es normal y racional el enjuiciamiento de esta banda de traficantes, quisiera apuntar en particular al pensamiento natural de las personas, ya que si bien como podemos divisar en muchas cosas de la vida, existen extremos, para este caso me parece de suma importancia poner en mesa de juicio 2 acciones, la delincuencia y el tráfico de drogas, debido a que para algunos esto va sumamente ligado, mientras que para otros es casi estar viendo un lugar blanco y otro negro.

En muchas de las noticias, reportajes, documentales, etc..., cuando muestran un allanamiento en casa de algún delincuente y/o traficante, se ve parte de la familia de este mismo gritando como argumento para defenderlo tanto en la parte moral como jurídica, “…él nunca ha sido traficante, él es delincuente...”, ¿Impresionante o no?. Entonces es válido concluir que a la esposa realmente le parece normal y aceptable que su marido fuese “hipotéticamente” delincuente y no un narcotraficante (lo cual llevaría al afectado a lo más bajo en la escala moral de las poblaciones). Mientras que para muchas otras personas ser delincuente o traficante simplemente se evalúa desde la misma arista, una falta grave a la ley. Lo importante acá es ver que realmente esta mentalidad de muchas personas en poblaciones (no todas) o en distintos barrios de nuestro país (que pueden ser pobres o ricos) se remonta a una educación exenta de valores primordiales para que todo ser humano se pueda desarrollar de “buena manera” con su entorno y con él mismo, lo que significa no traspasar los derechos que tienen todas las personas.

¿Cuán culpables son estos traficantes, o delincuentes? ¿Existe algún tipo de consideración, por el simple hecho de que fueron criados de forma errónea y nunca pudieron optar a una buena educación? Si en algunas religiones matar por fe es bueno y en la nuestra no, ¿estamos ante un Chile dividido en distintas naciones?, siempre es bueno ir un poco más allá de lo que simplemente nos muestran, o no crean como pensamiento, los medios de comunicación…

lunes, 7 de julio de 2008







Chile: ¿Controla la delincuencia, o es controlado por ella?
María Ignacia Sáiz
IV Medio Colegio Compañia de María - Apoquindo


Entre 1990 y 2005, las denuncias por robo aumentaron en Chile al doble. Y no sólo aumentaron en cantidad, sino también fueron haciéndose más recurrentes los asaltos y robos con intimidación y uso de algún arma. Está más que claro: en materia de delincuencia nuestro país ha ido cayendo en un hoyo muy hondo y del que aún no hemos encontrado la forma de escalar para salir. Según encuestas, el 73% de los chilenos residentes en la Región Metropolitana siente que no es seguro salir a las calles y tienen miedo a ser víctimas de algún asalto.
Lo más preocupante de todo esto es que más del 70% de los aprehendidos por hurto y robo son jóvenes entre 14 y 25 años. Tenemos que considerar que de estos jóvenes, el 90% saldrán libres habiendo cumplido menos de 6 meses de cárcel y el 89% de éstos volverán a delinquir en menos de un año.
Así, se suman y siguen sumando los crímenes, y los prontuarios de miles de jóvenes se van llenando. ¿Por qué reincidir en la delincuencia? Porque la gran mayoría de estos jóvenes provienen de comunas con pocos ingresos, donde tuvieron una educación regular o mala, no tienen opción de costear estudios universitarios ni técnicos, y no les darán trabajo por haber delinquido antes.
Al final es un círculo vicioso, en el que miles de jóvenes caen producto de su situación económica, familiar y educacional. Ellos han crecido en su mayoría bajo el brazo de la delincuencia de los barrios donde viven, y donde las drogas, los padres ausentes, la falta de recursos y la presión social ejercen muchísima fuerza y son pan de cada día. Es la falta de oportunidad, educación y la desesperanza lo que hace que estos jóvenes terminen concluyendo que para ellos es más conveniente robar para obtener recursos, porque además saben que la ley no será dura con ellos.
¿Están perdidos entonces? Estos jóvenes fueron alguna vez “niños en riesgo social”, y finalmente terminaron siendo problemas sociales grandes, que, a su vez, serán padres de otros niños en riesgo social. Se repetirá la historia muchas veces, y no habrá un cambio en el tiempo. Por el contrario: Chile seguirá siendo dominado por esta fuerza superior a la que llamamos delincuencia.
¿Qué hacer, entonces? No podemos seguir eternamente así y consumirnos bajo el miedo de salir a las calles o de ir a las comunas con altos índices de delincuencia. Hay que cortar con estos círculos viciosos y mejorar la calidad de vida de las personas y, por sobre todo, las oportunidades que los niños y jóvenes tienen. No podemos quedarnos sentados esperando que las cosas sucedan: hay que movernos nosotros mismo y tratar.
El desafío está en ¿qué hacer? ¿Cómo cortar estos círculos? ¿Es posible mejorar las oportunidades de estos jóvenes? Claro está que la educación es el punto base por el que hay que partir. Incluso, no sólo a los niños, sino la educación que se entrega a la gente en general a través de nuestra propia cultura.
Por ejemplo, no podemos aceptar las cifras de femicidios que tuvimos el año 2007 en nuestro país. Más de una mujer asesinada por semana, además de las miles que son agredidas cada año y viven bajo la amenaza de hombres dominantes. Estamos consumidos bajo todo esto, lo estamos comenzando a digerir y aceptar y llega el punto en el que un asalto más, un asesinato, un robo, un femicidio, una agresión física, el maltrato de un niño, y todo este tipo de cosas, son “normales”. No nos acostumbremos a esto. Por más que pase, sigamos luchando para que la situación cambie y mejoremos la calidad de vida que tenemos como chilenos. Parte desde nosotros mismos, desde la cultura que formamos, de la educación que los padres le dan a sus hijos, de cómo podemos movernos quienes tenemos más recursos para darle una mano a aquellos que han crecido con algunas carencias. Es tarea de todos llenar los espacios vacíos y esforzarnos cada día por crear el cambio que todos queremos. Si todos anhelamos conseguir el mismo objetivo, ¿por qué nos ha costado tanto? Sigamos peleando por lo que queremos y hagamos que “riesgo social” realmente sea sólo un riesgo y aquellos jóvenes y niños no estén destinados a seguir en lo mismo.

domingo, 25 de mayo de 2008

Globalización y Desigualdad














Gary S. Becker

Profesor de Economía de la Universidad de Chicago y Premio Nobel (AIPE)

Un reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) indica que la mayor globalización de las últimas dos décadas contribuyó mucho al aumento de la desigualdad, tanto en los países desarrollados como en los menos desarrollados. Los medios reportaron que ese informe daba armas a los enemigos de la globalización y que se trata de una admisión del FMI sobre las desventajas de la globalización. Por el contrario, una cuidadosa revisión del informe sobre ingresos y desigualdad nos aporta una evaluación optimista de los efectos de la globalización en los países en desarrollo.

El informe analiza lo sucedido con los ingresos y la desigualdad en más de 50 países, concluyendo que todos lograron aumentos considerables en su ingreso per cápita desde comienzos de los años 80. Aunque el aumento fue positivo en los diferentes niveles de ingresos, incluyendo los más bajos, el crecimiento no fue uniforme. Los ingresos aumentaron más entre la gente con más habilidades y aquellos que ganan más, lo cual implica que la desigualdad tendió a aumentar en los países en desarrollo.

Para explicar estos resultados, los autores dividen los efectos de mayor globalización en mayor intercambio comercial, más inversiones extranjeras y más transferencia de tecnologías modernas. Concluyen que estas tres dimensiones de la globalización tienden a aumentar el ingreso per cápita de los países desarrollados y también en los países en desarrollo. La teoría del comercio internacional implica que el comercio internacional de los países pobres aumenta las ganancias de los trabajadores menos especializados, porque los países ricos quieren importar productos que utilizan grandes cantidades de ellos en la fabricación de cosas como textiles. El informe confirma algo fundamental de la teoría del comercio: mayor intercambio internacional reduce las desigualdades de ingresos en los países en desarrollo.

Sin embargo, el efecto más poderoso de la globalización en las desigualdades de ingresos es causado por las transferencias de tecnologías modernas. La evidencia en las economías desarrolladas es que las tecnologías modernas, como las computadoras e internet, favorecen a los trabajadores con más educación; en términos económicos, estas tecnologías favorecen a los mejor entrenados. Este resultado del progreso tecnológico se utiliza para explicar la creciente diferencia en ingresos entre los graduados de universidades y todos los demás durante los últimos 30 años en Estados Unidos. Y no sorprende que la investigación del FMI encuentre la misma tendencia en el mundo en desarrollo. Es decir, las inversiones extranjeras han aumentado las diferencias de salarios en los países en desarrollo. Sin embargo, el informe indica que los efectos en desigualdad producidos por las inversiones extranjeras y la liberalización de los mercados son menores que los producidos por la transferencia de tecnología.

¿Es esa mayor diferencia en los ingresos un efecto positivo o negativo de la globalización? El informe deja claro que los más pobres y menos educados también se han beneficiado de la globalización, pudiendo gastar más en alimentos, vivienda, salud, automóviles y otros bienes que desean. Esa mejora del bienestar de los más pobres se debe incluir en los beneficios de la globalización.

La mayor diferencia en ingresos según el nivel de educación significa que aumentó el rendimiento de lo invertido en esa educación. Los opuestos a la globalización no criticarían que ésta aumente el rendimiento del capital perteneciente a inversionistas nacionales. Entonces, ¿cómo pueden criticar un mayor rendimiento del capital humano debido a la globalización? Mayor rendimiento de inversiones en maquinarias y en capital humano significa que la economía es más productiva, lo cual beneficia a los países ricos y también a los países pobres.

Sin embargo, muchos intelectuales y políticos latinoamericanos y africanos critican la globalización y sus resultados. Yo pienso que los países en desarrollo en que hay más quejas sobre la globalización son también aquellos donde ha fallado la educación. Un mayor rendimiento de lo invertido en educación no mejora el bienestar en países donde los pobres no tienen acceso a estudios de bachillerato y mucho menos en universidades. El informe del FMI y otras investigaciones comprueban que la globalización no es la causa de estos problemas tan serios, sino que, por el contrario, la lección es que los países en desarrollo tienen que hacer un mayor esfuerzo para que los hijos de familias pobres tengan más acceso a más y mejor educación. Solamente así los pobres podrán beneficiarse de la mayor rentabilidad de la educación que aporta el mayor intercambio comercial y la llegada de tecnologías modernas y capital extranjero a su país.

miércoles, 23 de abril de 2008

Cómo enseñar a los hijos a "ser más", en la era de "tener más"














Eugenio Yáñez

La "crisis de la educación" es tema de permanente debate en el último tiempo en nuestro país. Quisiera referirme a un aspecto de ella, pero no desde la perspectiva de los problemas y desafíos que enfrenta el sistema educacional chileno, sino en su origen, es decir, examinar brevemente algunos de los problemas que enfrentamos los padres para educar a nuestros hijos.
La primera dificultad tiene relación con la estructura familiar propiamente tal. La encuesta Bicentenario UC-Adimark 2006 arrojó entre otras cosas, que pese a ser altamente valorada como "institución" (77,4% sigue pensando que el matrimonio es para toda la vida), la familia chilena enfrenta una serie de profundos cambios y grandes tensiones, "por causas mayormente desconocidas", lo que provoca su progresiva disolución. La tasa de nupcialidad es cada vez más baja: 3,4% anual (de 105 mil matrimonios en 1990 se ha descendido a 55 mil el 2005). Agreguemos que el 25% de los hogares chilenos son ya monoparentales, y de ellos un 85% esta a cargo de una mujer (44% son hogares indigentes y 37,4% pobres). Además, un 58% de los niños nace fuera del matrimonio (una de las tasas más altas del mundo). Un 72,7% de las madres primerizas no están casadas. La tendencia indica que seguirán aumentando este tipo de hogares por la baja en la nupcialidad y aumentos de divorcios, así como por el gran número de niños nacidos fuera del matrimonio. A este complejo panorama habría que sumar la gran cantidad de hogares con serias conductas disruptivas, como la violencia intrafamiliar, el alcoholismo y la drogadicción. Según cifras del SERNAM siete de diez chilenas sufren maltrato psicológico y físico. 70 de ellas mueren cada año. Estudios de la UNICEF (2006) señalan que tres cuartas partes de los niños chilenos han experimentado violencia física y psicológica en su hogar. Tampoco se debe olvidar a los más de dos millones (13,7%) de chilenos asolados por la pobreza (Encuesta Casen 2006) y a los 197 mil niños, entre 5 y 17 años que trabajan, de los cuales 107 mil lo hacen en condiciones indignas. ¿Cómo educar en estas condiciones?

¿Y qué pasa con aquellos hogares denominados, si se me permite la expresión, "bien constituidos"? La forma de vida o el clima social y cultural en el cual estamos inmersos, con sus altas dosis de estrés, competitividad, individualismo, materialismo, relativismo moral, libertinaje, etc., dificulta acompañar a nuestros hijos en su proceso de crecimiento (psicológico, espiritual y físico). En la era del "tener más, para ser más", que nos obliga a vivir para trabajar y no trabajar para vivir, uno de los mayores males que aqueja a los padres es la falta de tiempo para los hijos (por supuesto, encontramos honrosas excepciones, o sea, padres excepcionales). No es muy extraña la escena del padre o la madre llegando tarde y cansados a casa, que tras los "¿cómo te fue? / bien gracias" de rigor, sólo desea hacer efectivo su legítimo derecho a relajarse, es decir, ver televisión sin que nadie lo moleste con problemas domésticos. Pareciera ser que la "prevalencia de la lógica individualista de la economía de mercado" (Encuesta Adimark-UC) conduce inexorablemente a muchos progenitores, ya sea por exceso de trabajo, o para decirlo eufemísticamente, por la constante preocupación de asegurar el futuro (económico) de su familia, a descuidar o "abandonar" física, psicológica y afectivamente a sus hijos. Cuando ellos reclaman por la ausencia, respondemos: "es por tu bien, estoy preocupado de tu futuro" (esta respuesta se asemeja al cartel que se coloca en obras en construcción: "disculpe las molestias, estamos trabajando para usted"). De ese modo, aunque no se quiera, se les va enseñando que lo importante en la vida es el éxito económico, o dicho de otro modo, que la felicidad se encuentra en poder disfrutar de nuestros bienes materiales.

Estos padres ausentes, muchos a su pesar, pero ausentes al fin y al cabo, delegan, entonces, su rol de educadores a otras instancias, principalmente el colegio, exigiéndole al establecimiento educacional que entregue a sus hijos saberes y virtudes que precisamente ellos deberían en primera instancia entregar. La ausencia del padre o la madre debilita el vínculo afectivo y genera a mediano o largo plazo pérdida de autoridad, provocando entre otras conductas: desapego, desobediencia, rebeldía o indisciplina. Para remediar este mal, algunos padres se vuelven excesivamente severos, privilegiando el castigo o la violencia como medio de resolución de conflicto. Otros optan por la permisividad. Bajo el lema "si no puedes con él", únete a él intentan ser amigos de sus hijos, con el agravante de convertirse en la última generación que temió a sus padres y la primera en temer a sus hijos. Los mencionados estudios de la UNICEF arrojan que en la actualidad los padres y madres se sienten inseguros y desorientados para poner límites y exigencias. Resultado: hijos más solos, menos controlados y más carentes de normas. Es decir, mal educados.


Estos papás que se preocupan incluso con esmero de proveer a sus vástagos de lo materialmente necesario, cumplen sin duda una gran labor. Además, si por esas cosas de la vida, alguno de ellos presenta problemas emocionales o de otra índole, naturalmente le paga el mejor psicólogo o psiquiatra que su bolsillo pueda solventar, siempre y cuando no lo involucre a él en la terapia. El problema aflora, entonces, cuando en este afán por garantizar el futuro descuidan lamentablemente el presente, relegando a segundo plano lo espiritualmente necesario, que exige disponer de tiempo para legar otro tipo de bienes más importantes y perdurables que no se compran en el mercado. Y así vamos poco a poco perdiendo el rumbo y cuando queremos enmendarlo es a veces demasiado tarde, pues estamos ante la presencia de perfectos desconocidos.

¿Cuál es, en consecuencia, la mejor herencia que podríamos dejar a nuestros descendientes? Sin duda podría ser "una buena educación". Pero no entiendo bajo este respecto pagar un colegio caro, que los prepare bien para la PSU y les garantice estudiar una buena profesión con la cual ganar mucho dinero y obtener poder, sino encaminar nuestros esfuerzos a fortalecer la voluntad de nuestros hijos, para que sean capaces de resistir el mal y perseverar en el bien; a formarles una inteligencia lucida, que les permita descubrir el bien y la verdad, y a alimentar un corazón generoso, siempre dispuesto a la entrega gratuita, o sea, al amor. En otras palabras, los padres debemos educar a nuestros hijos para la verdad, el bien y la belleza. Así estaremos logrando que sean más y no sólo tengan más, en otras palabras, dejando una verdadera fortuna: una buena educación, en suma: un buen ejemplo y más aún, un buen recuerdo. Lo demás es añadidura.


domingo, 20 de abril de 2008

Vamos, impáctame




Daniela
Estudiante Periodismo

Tal vez mi necesidad de escribir esta columna haya sido por ver que la televisión chilena chorrea en llamados de atención pública: la señora juanita que no tiene servicio de agua ni luz, el funeral de las niñas asesinadas en el sur y todos los entrevistados llorando, peleas entre visuals y pokemones en Chilevisión… pero en este momento, estoy tirando mi dardo en otra dirección.
En la Universidad Adolfo Ibañez existe un ramo de 1r año para Ingenieros Comerciales llamado “Impacta”. ¿El objetivo? “Realizar un proyecto que cause impacto en el lugar en donde se efectúe, tiene que realizarse durante el verano y tiene que reunir, como mínimo, 2 millones de pesos.” He ahí la razón de su nombre. Por un segundo, piénselo bien. Trabajar para la U. Durante el verano. Ayudando a gente en riesgo social.
Me pregunto.. ¿qué podría hacer uno en sus merecidas vacaciones para intentar ayudar a gente que desconoces?
Existen varias iniciativas voluntarias como un Techo para Chile, Misión País y Jóvenes sin Fronteras que organizan reales expediciones a lugares desolados, con distintos propósitos: construir mediaguas en toda una cuadrilla, hablar y rezar con gente de escasos recursos para darles apoyo y fe.., y universitarios comunes y corrientes que se van a los sectores más extremos del país para ayudar a gente que vive desolada de las manos del gobierno.
Sin embargo, al escuchar hablar de este ramo me llamó la atención. ¿Cuántas universidades harían un ramo obligatorio para ayudar a los demás? Conversando de esto con una estudiante de la Adolfo Ibañez, Macarena Olavarría, descubrí que el “ayudar a los demás y causar impacto” tiene distintos significados. Algunos decidieron hacer un pseudo jardín infantil en San Alfonso del Mar. Para otros, como ella, era auxiliar a gente en riesgo social. Ir a un jardín infantil de Peñalolen que ya no tenía más recursos para todos los niños que estaba recibiendo y estaba colapsando. ¿Su solución? Ampliar a “Emmanuel”.
Suena simple, sencillo y fácil de realizar. Pero, esperen un segundo. ¿Quién auspiciaría algo como esto, si no aparece como titular de prensa en el Cuerpo C de El Mercurio? ¿A qué empresa podría interesarle hacer una donación de $2 millones de pesos (o más) para algo en lo que apenas tendrían crédito? Como es habitual, son comúnmente los pequeños y medianos empresarios los que están más dispuestos a ayudar; han conseguido que 17 empresas les den donaciones para ampliar el lugar para que tenga tres salas más y hacer del patio un verdadero jardín (ya que es sólo tierra).
Podrán preguntarse qué tiene que ver esto con el Arte. Nada. Pero con la cultura, mucho. Con este simple ejemplo, quería rescatar la idea detrás del ramo de esta universidad ubicada en los altos cerros de Peñalolen: pensar, pensar, pensar y pensar aún más en cómo lograr los objetivos que te impones, tratando de no sólo pasar un ramo en la Universidad en el que tienes que dedicar casi todas tus meses veraniegos, si no, en ayudar a gente que realmente lo necesita. ¿Cuántas universidades hacen algo similar? ¿Porqué los chilenos tenemos que ser empujados a ayudar en vez de que sea algo innato?
Muchos tienen un discurso en contra de Trabajos de Verano ya que consideran que es una instancia para conocer otras personas y pasarlo bien. Estoy en desacuerdo con eso en todo sentido, pero cada uno puede tener su opinión. Lo que a mí me sorprende es que no nazca en nuestra cultura el querer, genuinamente, ayudar al otro. Y aún cuando te dan la posibilidad, muchos se escapan con excusas o le ven el lado más cómodo de la situación.
Soy feliz siendo una persona que va a trabajos. Sé que muchos otros como yo también lo son, porque entienden lo gratificante que es mirar en las caras de las personas a las que has ayudado y ver alivio, felicidad. Pero aún así, siento que debería ser más que una iniciativa personal: un ramo en la U, en vez de una clase en el que la mayoría va a “calentar el asiento” y escribir su nombre en la lista. O quizá una iniciativa del Ministerio de Educación, para que no todos vivan en esa burbuja que existe en los colegios de clase media-alta. Es lamentable que para algunos, el ayudar a otros sea porque tienes que aprobar un curso universitario, pero al menos es un incentivo, una chispa, para darle una vuelta y al menos, considerarlo.
¿Lo considerarías tú?


viernes, 11 de abril de 2008

Trabajar la pobreza con calidad


Teresa Matus, Centro de Estudios de Emprendimientos Solidarios
Universidad Católica de Chile, marzo 2007

No sería raro que usted haya escuchado eso de que los pobres, ya que nada tienen, cualquier cosa les sirve de ayuda.
De hecho, superar la pobreza ha sido una meta no sólo de muchos gobiernos, sino de la sociedad en su conjunto. Sin lugar a dudas, en los últimos 20 años esa tarea ha sido parcialmente exitosa si pensamos que la pobreza en Chile se ha reducido de 45 a 18,8%.
También es verdad que, es muy probable que el equipo de Mideplan consiga para noviembre una mejor forma de medirla, poniendo al día una deuda pendiente importante, ya que muchas familias, sobre todo urbanas superan con facilidad los 480 puntos de la CAS, no significando por ello que “están por encima de los niveles de pobreza”. Lo anterior es clave, ya que la ficha CAS, se usa como puerta de entrada de casi todos los beneficios sociales de las políticas públicas.
A esta medición problemática se agrega uno de los mayores desafíos de este tiempo: bajar la pobreza dura, esa cifra persistente que se resiste al descenso desde hace décadas.
Que una familia de La Pintana, de San Gregorio, de Coihueco, de la Araucanía, de Caleta Tumbes, consiga traspasar en forma permanente su precaria situación es una muy difícil y compleja tarea. Para qué decir de la posibilidad que un barrio entero como La Legua, o el Volcán consiga mejores niveles de desarrollo social.
Si a eso se le agrega que allí difícilmente hay expertos, ya que esas comunidades tienen municipios con escasos recursos, organizaciones sociales que funcionan con mucho esfuerzo voluntario pero sin mayor planificación, es como tener pacientes en la UTI y no componer la red de salud para hacer de ese espacio un lugar privilegiado de apoyo.
Por si eso fuese poco, las políticas al ser focalizadas, al ir en pos de los casos más extremos, dejan desamparados a familias y grupos sociales, en cuanto ellas muestran síntomas de un éxito efímero. ¿Sabe usted qué pasará con las 5.000 mejores familias del Chile solidario? ....quedarán por su cuenta, por ser emprendedoras. El apoyo vendrá cuando vuelvan a caer en los brazos ingratos de la extrema pobreza. Diversos estudios han mostrado que del 72% de las familias que por acciones solidarias de organizaciones sociales o políticas públicas logran acceder a un trozo de movilidad social, 58% de ellas en menos de dos años empeoran sus condiciones, retornando en un 35% a niveles aún más críticos que los iniciales. Para ellos, la movilidad social en el Chile de hoy no sólo es difícil sino altamente inestable.
De allí que una cosa aparece con carácter de urgente. Hay que evaluar lo que se está haciendo. Y si bien esa tarea se realiza en programas de gobierno o de algunas organizaciones. ¿qué pasa con los casi 4.000 programas sociales que funcionan en Santiago atendiendo la pobreza y que dependen de diversas organizaciones sociales de la sociedad civil?
Hay algo que no estamos haciendo bien: ¿Sabía usted que un 78% de los reos rematados en Colina dos, tienen en su vida más de 27 años de diversas intervenciones sociales que no dieron resultados? ¿Qué de los 200 barrios propuestos por el Ministerio de vivienda para demoler, por mal pensados y peor ejecutados, 90% de ellos son zonas de pobreza extrema? ¿que del 89% de los ancianos pobres, la “mejor solución” proporcionada y que es accesible sólo al 50% de ellos es un “hogar de ancianos” con veinte camas por pieza y con un día enteramente programado para ellos, o un subsidio que les permite habitar en una casa de 20 metros, donde la mayoría no sale después de las ocho por miedo a sus vecinos? ¿qué dos de cada cuatro niños pobres que son golpeados o abusados por sus familias tendrán como destino deambular ocho años o más por distintos programas de muy diversa índole? ¿qué pueden ir de una situación crítica, a un programa crítico por la noche y en el día a una escuela crítica? .... por cierto, no es lo que deseamos para nuestros hijos.
Por lo tanto, no se trata sólo de allegar recursos, sino de cualificar lo que se realiza en cada uno de estos programas. Para estudiar qué hacen y cómo lo hacen. Para brindar asesoría, para apoyar a las organizaciones sociales a llevar adelante esta compleja tarea es que la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Católica ha creado el Centro de Estudios de emprendimientos solidarios donde participan conjuntamente las Escuelas de Psicología, Trabajo Social y Sociología.
Si queremos combatir la desigualdad desde su raíz la tarea es clara: hay que trabajar la pobreza con calidad.

martes, 25 de diciembre de 2007

El Primer Regalo de Navidad

Juan Pablo Díaz
















Hablando de pascuas y regalos, existen algunas, que pasaron a ser memorables. La primera bicicleta, la casa de muñecas, el equipo de buceo, la máquina fotográfica, la pascua solidaria, los amigos secretos, la Pascua en la calle, el viaje en familia, la que nos pilló lejos de casa, la recién separados, la del anillo de compromiso, la triste, sin ese ser querido; la fantástica, la que estuvimos enfermo o la que no estábamos ni ahí. Dudo que alguien haya tenido una pascua sin un regalo, aunque lo comprara él mismo.
¿Se han preguntado ustedes, por qué regalamos para Navidad? La necesidad de regalar nace del que regala, no del que lo recibe.
Supongo que los lectores de esta columna dejaron de creer en el Viejito Pascuero hace rato. Algunas personas piensan que se regala para conmemorar el nacimiento de Jesús y, claro, coinciden las fechas, pero ¿Para que regalamos? Si fuere sólo un acto solidario con aquellos que tienen menos, podríamos hacerlo cualquier otro día. Algo tienen que ver las casas comerciales, pero no puede ser el único motivo.
Investigué la costumbre de regalar y descubrí un secreto que quisiera compartir.
Cuentan los antiguos que cuando Jesús nació, los tres reyes magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, fueron advertidos por una luz divina, y como ellos creían en los signos celestiales, siguieron la estrella de Belén hasta encontrar al niño y lo adoraron, como que era Dios, pero también constataron que el oro, incienso y mirra que llevaban eran insignificantes al lado del regalo que Jesús les ofrecía, y les pidió que lo proclamaran a los cuatro puntos cardinales. En ese mismo instante, la humanidad contrajo una deuda infinita que nos acompañará siempre. Nuestra ansiedad por regalar se origina como una retribución a ese inmenso regalo que Jesús nos obsequió. ¿Existirá algún regalo que pueda superar o equiparase al valor de la vida eterna? A mí no se me ocurre.

Perdonen, casi me olvidó, ¡Feliz Navidad!

miércoles, 21 de noviembre de 2007

¿ Que sentido Tiene la Caridad?













Jaime I. Alvarez G.
Colegio San Ignacio - Alonso de Ovalle

“La caridad y los subsidios de gobierno nunca resolverán la pobreza”
Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz 2006 y creador del Banco Grameen (“Banco de los Pueblos”)


Caridad. Hemos oído tantas veces hablar de ella y en muchas ocasiones creemos estar practicándola.

En el estricto rigor de la lengua española, la palabra caridad tiene una significación teológica, como amar a Dios y al prójimo por sobre todas las cosas.
Pero más allá del sentido cristiano de la palabra, la caridad ha pasado a ser un concepto casi universal (en el idioma chino esta palabra no existe) relacionado, evidentemente, con la solidaridad, la filantropía y la difícil pero alcanzable capacidad de ponerse en el lugar del otro.
El realismo franco de Yunus, pareciera quitarnos una de las palabras que más esperanza da a los pobres y uno de los apoyos de nuestra misión.
Quisiera, entonces, ampliar el significado de la palabra pobreza y no reducirlo únicamente a la pobreza monetaria.
Sabemos que la pobreza también está acompañada de otras pobrezas, como la de espíritu.
En ese sentido, para mí la caridad sí soluciona la pobreza.
Mi significado de pobreza va más allá de una estadística o un número: puede que la pobreza no la veamos, que se haga intangible y por tanto invisible ante una mirada superficial de una población e incluso una familia de clase acomodada.
La caridad no sólo se convierte en una solución de la pobreza, sino que también es capaz de dar alegría, cambiar la vida de una familia y dar un giro positivo en el espíritu de los/las líderes de la familia.
El sentido de la caridad radica en que podrá solucionar la pobreza al sembrar esperanzas que puedan mover a la gente pobre en la búsqueda de una salida para su problema, de animarlos y entregarles las herramientas necesarias para tener ánimo en desarrollar nuevas experimentaciones que los puedan ayudar a surgir.
Como consecuencia a eso, se logra un trabajo en conjunto entre las familias que estaban desanimadas y que con ánimo renovado logran luchar o seguir luchando en la superación de la pobreza.
Quizás no la solucione rápidamente, pero sí hay que reconocer que es un catalizador a la hora de sembrar nuevas esperanzas, ánimo y por sobre todo, una incalculable conciencia de que no sólo las ayudas de dinero pueden solucionar un problema de fondo, con mil caras, como la sensación de sentirse excluido por un país y una sociedad que aún no logra distribuir bien su ingreso y encontrar una salida efectiva para un problema de todos como nación.



domingo, 11 de noviembre de 2007

Etica y Productividad


Por Alejandro Magni

En el último tiempo se ha puesto de moda hablar de ética, que la Real Academia (seamos precisos), define como: recto, conforme a la moral, parte de la filosofía que estudia la moral y las obligaciones del hombre. Hay serias conversaciones, hay incluso abultadas Comisiones que se enfrascan en complejas discusiones sobre "sueldo ético", sobre la aberrante distribución de la riqueza en nuestro país, sobre la necesidad de una vida digna para nuestros compatriotas más humildes. Pero nadie habla seriamente de los más importante y trascendente: La educación.

¿No será que de verdad carecemos de sensibilidad e interés real por entregar oportunidades y bienestar a todos los ciudadanos? Si ello fuera así, estamos faltando a la ética y creo que es así.


Por ejemplo, cuando el gobierno de turno, las autoridades de turno, hacen cálculos político-electoralistas o personales antes de adoptar una medida de beneficio social, o sencillamente no actúan y fallan por omisión por los mismos motivos (no quiero hablar del Transantiago), es una gran falta de ética. Cuando los empresarios no remuneran adecuadamente el esfuerzo de sus trabajadores o, en otros ámbitos, generan altos costos ambientales o entregan un mal servicio, cuando no tienen competencia, eso es una gran falta de ética. Todo esto definitivamente contribuye a la muy mala distribución de los bienes que ofrece y que produce este país. Ni hablar de la corrupción…qué falta más evidente a la ética, a la moral: Aprovecharse de posiciones de poder para obtener beneficios propios.

Pero quiero decirles que existe una peor, una mucho peor falta a la ética: La incapacidad que ha tenido la sociedad chilena de realmente resolver el acceso a la educación de calidad a todos los chilenos. Sabemos que estos son esfuerzos que se ven en el largo plazo y requieren altos grados de acuerdo y estabilidad política. Es una apuesta de largo aliento y, por lo mismo, una apuesta valiente y sincera, que no tiene dividendos inmediatos…
Entonces si estamos tan de acuerdo en la importancia de la educación, ¿Cómo no se establece un gran acuerdo nacional, que trascienda los gobiernos de turno, en torno al acceso a la educación que lleva a la Productividad y, por lo tanto, al bienestar real, y sostenido? Chile es uno de los países en el mundo con menor movilidad social. No hemos sido capaces de crear verdaderas condiciones para que un niño nacido pobre pueda salir de la pobreza por sus méritos.
Es necesario exigir compromiso e imaginación a las autoridades y comprometerlos a una verdadera acción ética: Un Gran Acuerdo Nacional sobre Educación. Partamos con algo concreto: Crear un programa masivo de becas para formación y perfeccionamiento de profesores y directores de escuelas (y cuando digo masivo hablo de centenas o miles) en el extranjero (si se quiere gastar los dólares del colchón) o en Chile. Un programa que entregaría las competencias y conocimientos más modernos sobre pedagogía y sobre sus especialidades, que hoy son la norma en países desarrollados.
No es ético dejar que los ciudadanos se mantengan en la improductividad y sólo aspirar a resolver parcial y temporalmente sus necesidades con "sueldos éticos" o limosnas. Lo ético es, cuidando los niveles de subsistencia digna en lo inmediato, "enseñar a pescar", en vez de "regalar el pescado", como dice el proverbio Chino. Hagamos una apuesta por el futuro, por nuestros niños, con convicción y fuerza.



viernes, 2 de noviembre de 2007

Solidaridad













Paula Serrano
Revista Ya

Todos los días las noticias nacionales nos informan sobre esta gran discusión sobre la educación como una necesidad indispensable para el desarrollo. También nos informan sobre los índices de violencia juvenil. Y por otro lado nos hemos informado del matonaje infantil y adolescente a través de Internet. Tal vez relacionarlos sería bueno. Porque solo una formación activa de hombres y mujeres solidarios como parte del currículo educacional puede atacar los tres problemas a la vez.

Podemos ver a esa niña humillada, desnudada, expulsada del colegio y avergonzada por sus propios amigos y compañeros. Podemos ver al niño con quien nadie quiere jugar transformado en un adolescente violento. Podemos ver al joven asustado tomar más alcohol que el que puede tolerar para que sus compañeros no lo molesten. Algo pasa. Algo muy malo. Entonces los opinólogos se vuelven hacia los padres. Es la familia la responsable.
Tengo el privilegio de conocer las historias de muchos chilenos y chilenas y sus recuerdos infantiles forman parte del diagnóstico y del tratamiento de un paciente en psicoterapia. Puedo asegurar que sus vidas infantiles están plagadas de recuerdos de crueldad en el colegio, que van desde la exclusión más brutal hasta la agresión directa, el sometimiento a humillaciones, mentiras, y dolores que marcan sus vidas. El colegio, por ser una institución que alberga niños que están en formación, que no tienen una estructura psíquica con todos los recursos que tienen los adultos, es un lugar donde la disciplina debería incluir el respeto por los otros.
Hay colegios que crían hombres buenos con sus semejantes, otros que forman personas muy diversas en este sentido y otros donde aprender la ley del más fuerte es parte del currículo. Y desgraciadamente no es la religión la que determina esta condición, sino una participación activa de los profesores en castigar la crueldad y el egoísmo y de premiar activamente la bondad y la solidaridad. Hay experiencias educacionales donde los profesores suben notas a los alumnos capaces de proteger al más débil.
Porque si bien un niño puede haber aprendido en su casa que la solidaridad con los más chicos y los más débiles, o más bien, con todo otro ser humano es un valor, se encuentran que para pertenecer, para ser reconocidos y admirados, la bondad no sirve en el colegio. Que para no ser pasado a llevar hay que seguir la corriente, que para tener amigos hay que ceder (asunto verdadero pero hasta donde hay que ceder es una cosa de adultos). Niños de hogares muy protegidos que no tienen las herramientas para enfrentar la agresión, se ven a veces envueltos en grupos que los fuerzan a ser crueles o despiadados. Nadie quiere estar en el grupo de los perdedores y los profesores son a veces cómplices silenciosos de estas conductas de liderazgo negativo.
En el largo plazo, sí es la familia la que establece los valores de fondo. Pero la experiencia de ser un niño mal tratado en el colegio por sus compañeros no la controla la madre ni el padre. Tampoco controlan los rasgos que hacen de unos líderes y de otros obedientes. Los niños suelen ser crueles hasta la demencia con tal de ser aceptados en un grupo. Y eso es el colegio, no la casa.
Creo que las reuniones de padres, los centros de padres y de alumnos y los consejos de profesores deberían, ante la evidencia de lo que pasa hoy (que es lo mismo que pasó siempre, sólo que la Internet masifica la crueldad y los riesgos son por lo tanto mayores), tomar cartas activas en este tema. Ojo, no propongo la paranoia castigadora del miedo, sino la formación cotidiana en los colegios para que ser solidario tenga tanto valor como sacarse un siete.

viernes, 12 de octubre de 2007

Formación, analfabetismo y equidad


Hoy resulta apremiante la tarea de acortar las brechas que existen en nuestro país entre los ricos y los pobres, eliminando los problemas de inequidad que persisten pese a los grandes pasos que se han dado durante las últimas décadas. El trabajo del Consejo Asesor Presidencial de la Equidad, comisión especializada que recoge las experiencias de los ciudadanos y las ciudadanas representativas de un amplio espectro de nuestra sociedad, ha sido puesto en marcha. De éste se esperan los mejores resultados. La existencia de dicha comisión indica que respecto de esta tarea, el acelerador ha sido presionado. Sin embargo, ello no implica que en el pasado haya habido una eventual inercia.

Diversas son las herramientas que los distintos gobiernos democráticos han echado a andar para disminuir las brechas señaladas. Una de ellas es Chilecalifica, iniciativa triministerial con la que el país cuenta desde 2002 y que está instalando un Sistema de Formación Permanente destinado al desarrollo del capital humano nacional. El primer peldaño de este mecanismo implica terminar con el analfabetismo en nuestro país, tema que nos hace parte del desafío global de avanzar en la erradicación de dicho drama. Valgan estas reflexiones en esta época del año, el sábado 8 de septiembre, se conmemoró del Día Internacional de la Alfabetización.
Según los datos de la Unesco, el mundo entró al siglo XXI con alrededor de 700 millones de mujeres y hombres adultos analfabetos. De ellos, como indican las cifras del Censo 2002, 480 mil 865 personas corresponden a chilenos y chilenas. Y esa cifra representa 4,3% del total de nuestra población de más de quince años de edad. Una persona analfabeta -ya sea porque nunca aprendió a leer y escribir o porque adquirió esas habilidades pero luego cayeron en el desuso- está en franca desventaja en el mundo moderno. No sólo no puede acceder a un trabajo decente ni a las posibilidades del desarrollo, difícilmente será capaz de moverse en las ciudades o realizar trámites.
Como lo expresa la escritora sudafricana Nadine Gordimer en el libro "El alfabeto de la esperanza": "Aunque parezca superfluo decirlo, es necesario reiterar que el dominio de la lectura y la escritura es la base de cualquier aprendizaje". Eliminar este problema de nuestra sociedad constituye un paso imprescindible. Desde 2003, Chilecalifica ha desarrollado esa misión en virtud de la campaña de carácter masivo Contigo aprendo, que se encuentra destinada no sólo a enseñar a leer y escribir, sino a preparar a sus beneficiarios para el desempeño de su papel social y a conseguir que egresen con un certificado que acredite aprendizajes y habilidades correspondientes al cuarto básico.
Esta característica de nuestra campaña marca una gran diferencia con la mayoría de las iniciativas similares que han sido realizadas por otros países o que en la actualidad se encuentran en desarrollo. Certificar cuarto básico pone a las personas en la ruta de la formación permanente: una vez llegadas a esta posición pueden continuar nivelando los estudios básicos, para lo que Chilecalifica creó la modalidad flexible de educación de adultos, que se suma a la modalidad regular que supone la asistencia a las salas de clases en horarios rígidos, entre otras características propias. Luego de obtenida su licencia de básica pueden optar por la educación secundaria científico-humanista o por la técnico profesional, también en unas modalidades especialmente diseñadas para los adultos.
Contigo aprendo ha abarcado y abarca las regiones donde existen las tasas más altas de analfabetismo en nuestro país. Durante 2007 se lleva a cabo en las regiones de Coquimbo, Valparaíso, del Libertador Bernardo O Higgins, Maule, Biobío, Araucanía, los Lagos, Aysén y Metropolitana. Hasta el año pasado, contábamos con una inscripción total de 71 mil 30 personas, cifra a la que hay que agregar los 15 mil interesados que se encuentran siendo inscritos en este período. Al dar el vamos, el año pasado, a la instalación del Sistema de Formación Permanente, la Presidenta Michelle Bachelet nos entregó un mandato y una posibilidad: convertir los derechos formales en garantías y avanzar en los derechos efectivos, de manera de promover una verdadera igualdad de oportunidades para todos los chilenos y las chilenas. Contigo aprendo es -sin duda- una concreción de este mandato.

* Ignacio Canales Molina, director nacional de Chilecalifica

viernes, 14 de septiembre de 2007

Señales de un líder juvenil

por Rodrigo Salcedo



El liderazgo eficaz es el complejo resultado de una diversidad de factores. Aun así, se pueden identificar algunas características que acompañan a cada líder de jóvenes y adolescentes que logra hacer un trabajo sobresaliente. Lejos del estereotipo de líder juvenil hombre, joven, gracioso, intérprete de la guitarra, seminarista y con una camioneta, las siguientes señales acompañan a cada líder juvenil eficaz.


Señal 1: Tener Espíritu.
En el caso del líder de adolescentes, si no es tiene Espíritu de servir y ayudar, sus consejos se limitarán al manejo de recursos humanos, que por buenos que sean, no podrán satisfacer plenamente las necesidades de los jóvenes en conflicto. Tampoco nuestras motivaciones serán las correctas y nuestro trato no tendrá la eficacia de quien está provisto en la toma de decisiones.
La espiritualidad del líder juvenil es fácilmente discernible para los adolescentes y jóvenes de este tiempo. A ellos no les basta con un lindo sermón arriba de una tarima. Las relaciones interpersonales cercanas entre los líderes y los jóvenes son indispensables para una comunidad bien formada. Pero es en esa cercanía que se puede notar mejor el verdadero carácter del líder juvenil. Aun cuando parezca que los adolescentes no prestan atención, miran de cerca si las palabras de los líderes cuando instruyen son vividas por ellos cuando están abajo del escenario de ayudar y prestar servicio a los demás.


Señal 2: Sentirse llamado
Para muchos es obvio pensar que la decisión de ir a hacer misiones en lugares alejados y difíciles tiene una única explicación en un llamado especial. Si aquellos que se disponen a participar del líderes con adolescentes no tienen un llamado claro y específico a trabajar con ellos ocurrirá una de dos cosas o ambas: se sentirán muy pronto miserables o harán sentir miserables a sus adolescentes.
Tener la convicción de que nos han convocado a hacer ese trabajo es la única fuente de afirmación en que deberíamos depositar nuestra confianza. Al final, los resultados serán impredecibles. Solo un sentido de llamado claro hará entonces que el líder siga adelante.
Es tiempo de que se levanten líderes que no están «practicando hacer lideres» mientras trabajan con los jóvenes, pues hoy hacen falta dirigentes que entiendan que tienen un llamados a invertir en esta generación y a hacer un serio esfuerzo más allá de los aparentes resultados o de las expectativas de personas.

Señal 3: Aconsejar
La juventud es una época de muchas preguntas. La posmodernidad ha tornado compleja la dinámica adolescente; los cambios se han exagerado y los mensajes contradictorios abundan. Por eso es necesario que quienes guían jóvenes tengan respuestas contundentes y no ingenuas. El rol de modelo que a cada líder le toca debe ser ejercido con responsabilidad, y aquellos que han sabido aconsejar a sus adolescentes pronto comenzarán a recibir más muchachos(as) pidiendo consejos. Por eso, los líderes eficaces están preparados para la tarea de dar consejos comprometidos y sabios; para hacerlo se especializan en las cuestiones de la cultura, las crisis familiares, la identidad y en los distintos métodos para hacer una consejería eficaz. En otras palabras, trabajan y estudian para ser mejores consejeros. Pero un condimento que no puede faltar es ser confiables.
La confiabilidad es parte inherente a la capacidad de aconsejar y a la posibilidad de entablar una relación personalizada. Líderes que no poseen esta cualidad no tardarán en ser descartados por los adolescentes. Por eso es que me da lástima ver tantos líderes que solo dependen de un micrófono para comunicarse con los jóvenes, pues se pierden tantas oportunidades por no profundizar en sus consejos.

Señal 4: La cultura joven
El vértigo de cambio impulsado por los medios y el mercado exige una constante actualización de parte de los líderes juveniles. Los distintos grupos de adolescentes tendrán diferentes características en sus gustos musicales, en su vestimenta y en su lenguaje, y desconocer sus «ondas» equivaldrá a mostrar desinterés por sus gustos y atracciones.
Una manera de lograr esta actualización es observarlos en los lugares donde ellos se juntan. Otra manera recomendable es preguntarles a ellos mismos. Los jóvenes se sienten importantes cuando se les pregunta y por eso funcionan muy bien los cuestionarios y encuestas.
Es necesario hacer contacto con sus puntos de interés y sus códigos culturales.

Señal 5: Trabajo en equipo
Los líderes juveniles eficaces saben que solos no pueden lograrlo todo. Los líderes eficaces entienden que la misión es más importante que la posición y por eso reconocen las habilidades de otros y les facilitan la tarea sumándolos al trabajo.
Son tantas y tan complejas las necesidades de los jóvenes actuales que es imposible para un o una líder estar cerca de todos a menos que sea un grupo verdaderamente reducido. El liderazgo reconoce esto y dedica buena parte de su tiempo a reclutar voluntarios para su comunidad. Cuantos más líderes de calidad se tenga, más posibilidades de maduración tendrán los jóvenes.
Los jóvenes no necesitan solo líderes atléticos que sepan tocar la guitarra y sean extrovertidos. Si hay algún miembro en el equipo de liderazgo con estas características, ¡increíble!, pero hay jóvenes que se identificarían mejor con otras personalidades. Los mejores equipos son los que tienen una buena dosis de diversidad de intereses, personalidades y edades, y por tanto, contar con líderes adultos involucrados, por ejemplo, enriquece a los jóvenes con experiencias.

Señal 6: Se especializa
Desde hace poco más de una década, en países como Estados Unidos y Corea, un grupo cada vez mayor de estudiantes ha empezado a comprender el enorme desafío y la vitalidad que tiene el líder juvenil para la comunidades e instituciones, y de esto se han ido agregando materias de líderes juveniles a seminarios, colegios, universidades, etc.
Pero más allá de las posibilidades académicas existe la razón eje del lider juvenil: los jóvenes necesitan líderes preparados; ellos se merecen dirigentes que articulen una filosofía sensata y entiendan por qué hacen lo que hacen. Necesitan también guías creativos, con buena capacidad de auto-crítica y capaces de comunicar la visión y de organizarse.
Los líderes juveniles sobresalientes se toman su trabajo muy en serio y se consiguen diversos materiales y estudian dedicadamenté cómo ser cada vez mejores.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Realidad Infantil de Potosí (Bolivia)

"Nacer en Bolivia es algo parecido a ser lanzado, desde el primer día, en un trayecto sembrado de barreras y dificultades. El primer desafío es terrible: sobrevivir al mes. Luego se trata de seguir con vida al año de haber nacido. En ese tránsito, constituye un conquista mayor el cumplir cinco años sin desnutrición. Y son menos los niños que logran ingresar a la escuela y culminar la primaria. Menos todavía aquellos que no trabajan entre los 7 y los 13 años y que, ya en la meta, terminan la secundaria a sus 17 años. De 255 mil niños y niñas que inician esta "carrera de obstáculos" cada año en este país, sólo cuatro de cada diez la superan. Más de 150 mil niños quedan en el camino…."

Guadalupe Del Solar Eyzaguirre
Educadora de Parvulos
Voluntaria de América Solidaria Potosí-Bolivia 2007

lunes, 27 de agosto de 2007

La desigualdad, un tema del Estado. ¿ Y ese 1%?








Fernando Larraín
Diario La Tercera.

El protagonismo que ha adquirido en los últimos días el tema de la desigualdad, además de coincidir con el período electoral, coincide con ciertos factores económicos y sociales que permiten que se le dé la atención que hasta ahora se le había negado.

Sin embargo, el problema de la desigualdad –tanto de ingresos como de oportunidades- ha sido tratado de forma unilateral, porque los discursos públicos dejan entrever como único responsable al Estado (no sólo a quienes gobiernan, sino que al aparato estatal como organización).
Para el imaginario colectivo, entonces, la desigualdad es un tema que debe resolver el Estado, lo cual es una simplificación que constituye un gran error: la sociedad civil también tiene un importante rol que cumplir.

Respecto a la desigualdad de oportunidades, hemos avanzado bastante. De acuerdo a las cifras del Censo 2002, en 10 años se ampliaron significativamente las oportunidades en términos de cobertura educacional, acceso a salud y vivienda.
Pero aún nos quedan, como país, grandes desafíos en esta materia.

Es ahí donde las políticas públicas tienen mucho que aportar: una reforma previsional que fortalezca el pilar I; un mejoramiento en la calidad de la educación y ampliación de la cobertura preescolar; una reforma tributaria que busque mantener la neutralidad del sistema actual y lo simplifique, para disminuir la evasión y la elusión. El desafío es grande y de largo plazo, y en esta dirección deben apuntar las políticas públicas de los próximos años.

Sin embargo, los resultados de las políticas públicas no llegan a toda la población, ya sea porque las políticas sociales son limitadas, dada la carga tributaria del país, o porque estas políticas se construyen pensando en los más pobres. Es por ello que, para la mayoría de los chilenos, el acceso a la igualdad de oportunidades está relacionado principalmente con el ingreso que tengan las familias. Cobra sentido, en este modelo, la preocupación por la distribución de los ingresos.
Hay consenso respecto de que la actual distribución del ingreso es mala: eso nadie lo discute. En el contexto internacional somos una de las diez peores naciones en términos de igualdad de ingresos.
Contra la creencia masiva de que la mala distribución de ingresos se da en la mayoría de los niveles de ingreso, este es un fenómeno que nace en el percentil más rico de la población. La diferencia de ingresos en este percentil es cercana a $40.000.000, mientras que la diferencia en el percentil 90 es de sólo $26.000. Ello demuestra que los datos de distribución de ingresos se encuentran determinantemente sesgados por lo que ocurre en el 1% más rico de la población.

No podemos, entonces, hablar de la desigualdad a nivel país. Menos sabiendo que los sueldos crecieron sólo un 1,8% real el 2004, mientras las ganancias de las empresas -y por lo tanto de sus dueños-, bordearon al 40% en el mismo período. Dado lo anterior suena irrisorio pedirles a los trabajadores que redistribuyan mientras las empresas y sus dueños no lo hacen.
Por lo mismo, nuestro “primer mejor” es que todos nos hagamos responsables de la desigualdad, sabiendo que el compromiso de ese 1% es fundamental para avanzar hacia una mayor equidad de los ingresos y, por ende, en la generación de oportunidades.

Sabemos que estos cambios toman tiempo, pero ello no implica que debamos conformarnos con meros discursos y demagogias. Tenemos que comenzar a construir las bases para una sociedad más equitativa y más solidaria, menos individualista y más integrada. Por lo mismo, no podemos esperar que las políticas públicas se encarguen de todo.
Hoy más que nunca necesitamos de un acuerdo social tripartito entre trabajadores, empresarios y Gobierno y, en el fondo, éste depende de las ganas de avanzar que tenga ese 1% más rico de la población. No se debe discriminar a trabajadores no calificados (con salarios inferiores a su productividad), hay que avanzar hacia una mayor flexibilidad pero no hacia una mayor informalidad. Hay que incorporar componentes de variabilidad en el empleo, tener sistemas de turno y salarios participativos, buscar un mejor diseño de las indemnizaciones por años de servicio y eliminar la desigualdad de género.

Atacar los factores que ocasionan una distribución desigual, ya sea de las oportunidades o de los ingresos, es una tarea que exige consenso social. Conlleva esfuerzos y sacrificios, y requiere de convicción y responsabilidad. Sin embargo, es un desafío ineludible para construir un país más cohesionado; después de todo, equidad y gobernabilidad son condiciones de primer orden en la economía.


Fernando Larraín.

OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO...


En el año 2000, 189 jefes de Estado se comprometieron a cumplir ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015, entre ellos reducir a la mitad el número de personas que pasan hambre, o reducir en dos tercios la mortalidad infantil. Han pasado seis años y a este ritmo ninguno de los Objetivos se alcanzará. Incluso muchos de ellos tardarán más de 140 años en cumplirse. La Alianza contra la Pobreza ha realizado un documento donde se muestran los incumplimientos de los líderes mundiales y cómo su falta de voluntad política condena a decenas de miles de personas a morir de hambre cada día.

Objetivo 1.
Erradicar la pobreza extrema y el hambre.

META: Reducir a la mitad en 2015 el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a 1 dólar por día, y el de personas que padecen hambre.

Según el secretario general de la FAO, Jacques Diouf, en las actuales condiciones, el objetivo número 1 no se alcanzará en el año 2015, sino en 2150.

El objetivo se está logrando sólo en Asia Oriental y el Pacífico, pero NO en África subsahariana, América Latina y el Caribe, algunas partes de Europa y Asia Central.

Las personas pobres son cada vez más pobres. En África Subsahariana y en Asia meridional el número de personas que padecen hambre ha aumentado en decenas de miles. La agricultura industrial ha demostrado su fracaso y el SIDA se ha cobrado un número brutal de vidas que se encontraban en sus años más productivos.

1.100 millones de personas viven en condiciones de pobreza extrema (menos de un dólar al día) y 1.600 en condiciones de pobreza (menos de dos dólares diarios). En total representan el 40% de la humanidad. Y la pobreza se extiende tanto en el Sur como en el Norte, conforme crece la diferencia de ingresos entre la población más rica y la más pobre.


Objetivo 2.
Lograr la educación primaria universal

META: Todos los niños y niñas podrán terminar un ciclo completo de enseñanza primaria en 2015.

Se necesitan 3.700 millones de dólares más al año para alcanzar el objetivo. En 2015, 47 millones de niños y niñas seguirán sin ir a la escuela y África no alcanzará este objetivo hasta el año 2150. 86 países están lejos de lograr esta meta.

Para lograr la educación primaria universal en 2015 se necesitan al menos 18 millones de docentes más. El mayor reto se encuentra en los países del África subsahariana. La región tendrá que elevar el número actual de docentes en un 68% (de 2,4 a 4 millones) en menos de una década.

100 millones de menores en edad escolar no están escolarizados. En cinco países africanos, ni siquiera la mitad de los niños y niñas está matriculado. Asia meridional, Oceanía y Asia occidental también están rezagadas con un 20% de menores sin escolarizar. Ocho de cada diez niños y niñas sin escolarizar viven en África subsahariana o Asia meridional.

El peso del pago de la deuda externa y los ajustes estructurales del FMI y el BM, obligan a muchos países empobrecidos a recortar sus presupuestos en educación. Las políticas de la OMC presionan hacía la privatización de estos servicios. El continente africano paga por la deuda cuatro veces más que lo que gasta en Sanidad y Educación. En Benín, el 43% de la cancelación de la deuda se destinó en 2002 a la educación. En Malawi, los recursos sehan empleado por ejemplo a la formación de 3.600 nuevos docentes al año.


Objetivo 3.
Promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer

META: Eliminar las desigualdades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para el año 2005, y en todos los niveles de la enseñanza para 2015.

El primer objetivo que debía alcanzarse en 2005 no se ha logrado.

En más de 90 países la desigualdad en el género todavía existe en todos niveles educativos. Del total de menores sin escolarizar en el mundo, el 60% son niñas. Las mujeres representan, de manera análoga, dos tercios de los 880 millones de adultos analfabetos que hay en el mundo.

En cuanto a la igualdad de géneros en el trabajo, las mujeres trabajan en un mayor porcentaje que los hombres en la economía informal con menos probabilidades de un puesto remunerado.


Objetivo 4.
Reducir la mortalidad infantil

META: Reducir para 2015 en dos terceras partes la tasa de mortalidad de los niños menores de 5 años.

Según las tendencias actuales, el Objetivo 4 se cumpliría en 2045, 30 años después de lo acordado. Esto se traduce en un costo humano de 41 millones de muertes infantiles más.

En 2004, 11 millones de niños y niñas murieron antes de cumplir los cinco años. Desde 1990 las tasas de mortalidad infantil en el mundo tan sólo han mejorado significativamente en África septentrional, y en menor medida en América Latina, el Caribe y en el Sudeste asiático. Una vez más, la situación de África subsahariana vuelve a ser escalofriante: uno de cada seis niños muere antes de cumplir su quinto cumpleaños.
La mitad de estas muertes se deben a tan sólo cinco enfermedades: neumonía, diarrea, malaria, sarampión y sida. La mayoría de estas vidas podría salvarse con medidas de muy bajo costo como sueros, vacunas, antibióticos, instalación de mosquiteros, etc.
En 14 países, 10 de ellos en África, mueren más niños menores de 5 años hoy en día que en 1990.


Objetivo 5.
Mejorar la salud materna

META: Reducir la tasa de mortalidad materna en tres cuartas partes para 2015.

Todos los años, más de medio millón de mujeres muere durante el embarazo o el parto; es decir, cada día muere una mujer por minuto debido a esas causas.

Aunque a nivel mundial mueren menos mujeres en el parto, las cifras no se están reduciendo en los países más afectados. En África Subsahariana, sólo se atiende el 46% de los partos, siendo la zona en la que se producen la mitad de las muertes maternas ocurridas en el mundo.

El riesgo a morir durante el embarazo o en el parto afecta a una de cada 16 mujeres en África Subsahariana; en los países ricos a una de cada 3.800.

Para reducir la tasa de mortalidad materna aún se necesitan muchos más recursos encaminados a que los partos sean atendidos por médicos o personal capacitado.

Objetivo 6.
Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades

META: Detener y comenzar a reducir para 2015 la propagación del VIH/SIDA, así como la incidencia de enfermedades como el paludismo y otras enfermedades graves.


África subsahariana sólo ha recibido el 60% de los fondos prometidos para la lucha contra el sida. Si no se adoptan pronto mayores medidas para combatir la enfermedad, en 2025, las infecciones podrían propagarse a 90 millones de personas en África.

La prevalencia del VIH ha aumentado en todas las regiones del mundo y su propagación no ha podido detenerse en forma definitiva en ningún país.

En 2005 hubo 4.1 millones de nuevos infectados de VIH/SIDA. Sólo el 12% de las personas con VIH tiene acceso a los retrovirales. Esto se debe en gran medida a que la industria farmacéutica sigue dificultando el uso de genéricos a los estados más empobrecidos y azotados por la enfermedad.

Cada año el paludismo y la tuberculosis juntos causan la muerte de casi tantas personas como el SIDA. En África muere un promedio de 1 niño cada 30 segundos debido a la malaria. La tuberculosis lejos de reducirse sigue presentando una tendencia al alza.


Objetivo 7.
Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente

META: Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales e invertir la pérdida de recursos del medio ambiente. Reducir a la mitad en 2015 el número de personas que carecen de acceso al agua potable o saneamiento básico. Mejorar para 2020 la vida de por lo menos 100 millones de habitantes de infraviviendas.

A este ritmo, en 2015, cerca de 2.170 millones de personas en todo el mundo seguirán sin tener servicios mejorados de saneamiento y 650 millones no tendrán acceso a fuentes de agua en buen estado, 70 millones de personas más que lo previsto en el objetivo. Las consecuencias de la degradación ambiental aumentarán significativamente en los próximos 50 años y, según la ONU, es ya la segunda causa de fallecimiento de personas en el mundo.

La sostenibilidad no podrá lograrse con el actual modelo de consumo y uso de los recursos. Los suelos se degradan de forma alarmante, las especies animales y vegetales desaparecen a un ritmo comparable a la época de la extinción de los dinosaurios. Las emisiones de CO2, lejos de reducirse, están aumentando a nivel mundial (el último dato es un aumento del 4% en el 2003) y la sobreexplotación de los bosques y los recursos marinos aumenta.

Más del 60 por ciento de los recursos que permiten la vida sobre la tierra y que forman los ecosistemas se están degradando peligrosamente. Así el ser humano ya consume, usa o ha destruido el 40% de la capacidad de fijación de CO2 del planeta.

El consumo de agua en mal estado provoca más muertes que la guerra o el terrorismo. Más de 5 millones de personas –el 90% niños y niñas- mueren por esta causa. La misma cantidad de agua que usa una persona de un país del Norte en la cisterna del inodoro o en lavarse los dientes, es la que usan millones de ciudadanos del Sur para lavar, beber y cocinar durante un día entero.