martes, 25 de diciembre de 2007

El Primer Regalo de Navidad

Juan Pablo Díaz
















Hablando de pascuas y regalos, existen algunas, que pasaron a ser memorables. La primera bicicleta, la casa de muñecas, el equipo de buceo, la máquina fotográfica, la pascua solidaria, los amigos secretos, la Pascua en la calle, el viaje en familia, la que nos pilló lejos de casa, la recién separados, la del anillo de compromiso, la triste, sin ese ser querido; la fantástica, la que estuvimos enfermo o la que no estábamos ni ahí. Dudo que alguien haya tenido una pascua sin un regalo, aunque lo comprara él mismo.
¿Se han preguntado ustedes, por qué regalamos para Navidad? La necesidad de regalar nace del que regala, no del que lo recibe.
Supongo que los lectores de esta columna dejaron de creer en el Viejito Pascuero hace rato. Algunas personas piensan que se regala para conmemorar el nacimiento de Jesús y, claro, coinciden las fechas, pero ¿Para que regalamos? Si fuere sólo un acto solidario con aquellos que tienen menos, podríamos hacerlo cualquier otro día. Algo tienen que ver las casas comerciales, pero no puede ser el único motivo.
Investigué la costumbre de regalar y descubrí un secreto que quisiera compartir.
Cuentan los antiguos que cuando Jesús nació, los tres reyes magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, fueron advertidos por una luz divina, y como ellos creían en los signos celestiales, siguieron la estrella de Belén hasta encontrar al niño y lo adoraron, como que era Dios, pero también constataron que el oro, incienso y mirra que llevaban eran insignificantes al lado del regalo que Jesús les ofrecía, y les pidió que lo proclamaran a los cuatro puntos cardinales. En ese mismo instante, la humanidad contrajo una deuda infinita que nos acompañará siempre. Nuestra ansiedad por regalar se origina como una retribución a ese inmenso regalo que Jesús nos obsequió. ¿Existirá algún regalo que pueda superar o equiparase al valor de la vida eterna? A mí no se me ocurre.

Perdonen, casi me olvidó, ¡Feliz Navidad!

miércoles, 21 de noviembre de 2007

¿ Que sentido Tiene la Caridad?













Jaime I. Alvarez G.
Colegio San Ignacio - Alonso de Ovalle

“La caridad y los subsidios de gobierno nunca resolverán la pobreza”
Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz 2006 y creador del Banco Grameen (“Banco de los Pueblos”)


Caridad. Hemos oído tantas veces hablar de ella y en muchas ocasiones creemos estar practicándola.

En el estricto rigor de la lengua española, la palabra caridad tiene una significación teológica, como amar a Dios y al prójimo por sobre todas las cosas.
Pero más allá del sentido cristiano de la palabra, la caridad ha pasado a ser un concepto casi universal (en el idioma chino esta palabra no existe) relacionado, evidentemente, con la solidaridad, la filantropía y la difícil pero alcanzable capacidad de ponerse en el lugar del otro.
El realismo franco de Yunus, pareciera quitarnos una de las palabras que más esperanza da a los pobres y uno de los apoyos de nuestra misión.
Quisiera, entonces, ampliar el significado de la palabra pobreza y no reducirlo únicamente a la pobreza monetaria.
Sabemos que la pobreza también está acompañada de otras pobrezas, como la de espíritu.
En ese sentido, para mí la caridad sí soluciona la pobreza.
Mi significado de pobreza va más allá de una estadística o un número: puede que la pobreza no la veamos, que se haga intangible y por tanto invisible ante una mirada superficial de una población e incluso una familia de clase acomodada.
La caridad no sólo se convierte en una solución de la pobreza, sino que también es capaz de dar alegría, cambiar la vida de una familia y dar un giro positivo en el espíritu de los/las líderes de la familia.
El sentido de la caridad radica en que podrá solucionar la pobreza al sembrar esperanzas que puedan mover a la gente pobre en la búsqueda de una salida para su problema, de animarlos y entregarles las herramientas necesarias para tener ánimo en desarrollar nuevas experimentaciones que los puedan ayudar a surgir.
Como consecuencia a eso, se logra un trabajo en conjunto entre las familias que estaban desanimadas y que con ánimo renovado logran luchar o seguir luchando en la superación de la pobreza.
Quizás no la solucione rápidamente, pero sí hay que reconocer que es un catalizador a la hora de sembrar nuevas esperanzas, ánimo y por sobre todo, una incalculable conciencia de que no sólo las ayudas de dinero pueden solucionar un problema de fondo, con mil caras, como la sensación de sentirse excluido por un país y una sociedad que aún no logra distribuir bien su ingreso y encontrar una salida efectiva para un problema de todos como nación.



domingo, 11 de noviembre de 2007

Etica y Productividad


Por Alejandro Magni

En el último tiempo se ha puesto de moda hablar de ética, que la Real Academia (seamos precisos), define como: recto, conforme a la moral, parte de la filosofía que estudia la moral y las obligaciones del hombre. Hay serias conversaciones, hay incluso abultadas Comisiones que se enfrascan en complejas discusiones sobre "sueldo ético", sobre la aberrante distribución de la riqueza en nuestro país, sobre la necesidad de una vida digna para nuestros compatriotas más humildes. Pero nadie habla seriamente de los más importante y trascendente: La educación.

¿No será que de verdad carecemos de sensibilidad e interés real por entregar oportunidades y bienestar a todos los ciudadanos? Si ello fuera así, estamos faltando a la ética y creo que es así.


Por ejemplo, cuando el gobierno de turno, las autoridades de turno, hacen cálculos político-electoralistas o personales antes de adoptar una medida de beneficio social, o sencillamente no actúan y fallan por omisión por los mismos motivos (no quiero hablar del Transantiago), es una gran falta de ética. Cuando los empresarios no remuneran adecuadamente el esfuerzo de sus trabajadores o, en otros ámbitos, generan altos costos ambientales o entregan un mal servicio, cuando no tienen competencia, eso es una gran falta de ética. Todo esto definitivamente contribuye a la muy mala distribución de los bienes que ofrece y que produce este país. Ni hablar de la corrupción…qué falta más evidente a la ética, a la moral: Aprovecharse de posiciones de poder para obtener beneficios propios.

Pero quiero decirles que existe una peor, una mucho peor falta a la ética: La incapacidad que ha tenido la sociedad chilena de realmente resolver el acceso a la educación de calidad a todos los chilenos. Sabemos que estos son esfuerzos que se ven en el largo plazo y requieren altos grados de acuerdo y estabilidad política. Es una apuesta de largo aliento y, por lo mismo, una apuesta valiente y sincera, que no tiene dividendos inmediatos…
Entonces si estamos tan de acuerdo en la importancia de la educación, ¿Cómo no se establece un gran acuerdo nacional, que trascienda los gobiernos de turno, en torno al acceso a la educación que lleva a la Productividad y, por lo tanto, al bienestar real, y sostenido? Chile es uno de los países en el mundo con menor movilidad social. No hemos sido capaces de crear verdaderas condiciones para que un niño nacido pobre pueda salir de la pobreza por sus méritos.
Es necesario exigir compromiso e imaginación a las autoridades y comprometerlos a una verdadera acción ética: Un Gran Acuerdo Nacional sobre Educación. Partamos con algo concreto: Crear un programa masivo de becas para formación y perfeccionamiento de profesores y directores de escuelas (y cuando digo masivo hablo de centenas o miles) en el extranjero (si se quiere gastar los dólares del colchón) o en Chile. Un programa que entregaría las competencias y conocimientos más modernos sobre pedagogía y sobre sus especialidades, que hoy son la norma en países desarrollados.
No es ético dejar que los ciudadanos se mantengan en la improductividad y sólo aspirar a resolver parcial y temporalmente sus necesidades con "sueldos éticos" o limosnas. Lo ético es, cuidando los niveles de subsistencia digna en lo inmediato, "enseñar a pescar", en vez de "regalar el pescado", como dice el proverbio Chino. Hagamos una apuesta por el futuro, por nuestros niños, con convicción y fuerza.



viernes, 2 de noviembre de 2007

Solidaridad













Paula Serrano
Revista Ya

Todos los días las noticias nacionales nos informan sobre esta gran discusión sobre la educación como una necesidad indispensable para el desarrollo. También nos informan sobre los índices de violencia juvenil. Y por otro lado nos hemos informado del matonaje infantil y adolescente a través de Internet. Tal vez relacionarlos sería bueno. Porque solo una formación activa de hombres y mujeres solidarios como parte del currículo educacional puede atacar los tres problemas a la vez.

Podemos ver a esa niña humillada, desnudada, expulsada del colegio y avergonzada por sus propios amigos y compañeros. Podemos ver al niño con quien nadie quiere jugar transformado en un adolescente violento. Podemos ver al joven asustado tomar más alcohol que el que puede tolerar para que sus compañeros no lo molesten. Algo pasa. Algo muy malo. Entonces los opinólogos se vuelven hacia los padres. Es la familia la responsable.
Tengo el privilegio de conocer las historias de muchos chilenos y chilenas y sus recuerdos infantiles forman parte del diagnóstico y del tratamiento de un paciente en psicoterapia. Puedo asegurar que sus vidas infantiles están plagadas de recuerdos de crueldad en el colegio, que van desde la exclusión más brutal hasta la agresión directa, el sometimiento a humillaciones, mentiras, y dolores que marcan sus vidas. El colegio, por ser una institución que alberga niños que están en formación, que no tienen una estructura psíquica con todos los recursos que tienen los adultos, es un lugar donde la disciplina debería incluir el respeto por los otros.
Hay colegios que crían hombres buenos con sus semejantes, otros que forman personas muy diversas en este sentido y otros donde aprender la ley del más fuerte es parte del currículo. Y desgraciadamente no es la religión la que determina esta condición, sino una participación activa de los profesores en castigar la crueldad y el egoísmo y de premiar activamente la bondad y la solidaridad. Hay experiencias educacionales donde los profesores suben notas a los alumnos capaces de proteger al más débil.
Porque si bien un niño puede haber aprendido en su casa que la solidaridad con los más chicos y los más débiles, o más bien, con todo otro ser humano es un valor, se encuentran que para pertenecer, para ser reconocidos y admirados, la bondad no sirve en el colegio. Que para no ser pasado a llevar hay que seguir la corriente, que para tener amigos hay que ceder (asunto verdadero pero hasta donde hay que ceder es una cosa de adultos). Niños de hogares muy protegidos que no tienen las herramientas para enfrentar la agresión, se ven a veces envueltos en grupos que los fuerzan a ser crueles o despiadados. Nadie quiere estar en el grupo de los perdedores y los profesores son a veces cómplices silenciosos de estas conductas de liderazgo negativo.
En el largo plazo, sí es la familia la que establece los valores de fondo. Pero la experiencia de ser un niño mal tratado en el colegio por sus compañeros no la controla la madre ni el padre. Tampoco controlan los rasgos que hacen de unos líderes y de otros obedientes. Los niños suelen ser crueles hasta la demencia con tal de ser aceptados en un grupo. Y eso es el colegio, no la casa.
Creo que las reuniones de padres, los centros de padres y de alumnos y los consejos de profesores deberían, ante la evidencia de lo que pasa hoy (que es lo mismo que pasó siempre, sólo que la Internet masifica la crueldad y los riesgos son por lo tanto mayores), tomar cartas activas en este tema. Ojo, no propongo la paranoia castigadora del miedo, sino la formación cotidiana en los colegios para que ser solidario tenga tanto valor como sacarse un siete.

viernes, 12 de octubre de 2007

Formación, analfabetismo y equidad


Hoy resulta apremiante la tarea de acortar las brechas que existen en nuestro país entre los ricos y los pobres, eliminando los problemas de inequidad que persisten pese a los grandes pasos que se han dado durante las últimas décadas. El trabajo del Consejo Asesor Presidencial de la Equidad, comisión especializada que recoge las experiencias de los ciudadanos y las ciudadanas representativas de un amplio espectro de nuestra sociedad, ha sido puesto en marcha. De éste se esperan los mejores resultados. La existencia de dicha comisión indica que respecto de esta tarea, el acelerador ha sido presionado. Sin embargo, ello no implica que en el pasado haya habido una eventual inercia.

Diversas son las herramientas que los distintos gobiernos democráticos han echado a andar para disminuir las brechas señaladas. Una de ellas es Chilecalifica, iniciativa triministerial con la que el país cuenta desde 2002 y que está instalando un Sistema de Formación Permanente destinado al desarrollo del capital humano nacional. El primer peldaño de este mecanismo implica terminar con el analfabetismo en nuestro país, tema que nos hace parte del desafío global de avanzar en la erradicación de dicho drama. Valgan estas reflexiones en esta época del año, el sábado 8 de septiembre, se conmemoró del Día Internacional de la Alfabetización.
Según los datos de la Unesco, el mundo entró al siglo XXI con alrededor de 700 millones de mujeres y hombres adultos analfabetos. De ellos, como indican las cifras del Censo 2002, 480 mil 865 personas corresponden a chilenos y chilenas. Y esa cifra representa 4,3% del total de nuestra población de más de quince años de edad. Una persona analfabeta -ya sea porque nunca aprendió a leer y escribir o porque adquirió esas habilidades pero luego cayeron en el desuso- está en franca desventaja en el mundo moderno. No sólo no puede acceder a un trabajo decente ni a las posibilidades del desarrollo, difícilmente será capaz de moverse en las ciudades o realizar trámites.
Como lo expresa la escritora sudafricana Nadine Gordimer en el libro "El alfabeto de la esperanza": "Aunque parezca superfluo decirlo, es necesario reiterar que el dominio de la lectura y la escritura es la base de cualquier aprendizaje". Eliminar este problema de nuestra sociedad constituye un paso imprescindible. Desde 2003, Chilecalifica ha desarrollado esa misión en virtud de la campaña de carácter masivo Contigo aprendo, que se encuentra destinada no sólo a enseñar a leer y escribir, sino a preparar a sus beneficiarios para el desempeño de su papel social y a conseguir que egresen con un certificado que acredite aprendizajes y habilidades correspondientes al cuarto básico.
Esta característica de nuestra campaña marca una gran diferencia con la mayoría de las iniciativas similares que han sido realizadas por otros países o que en la actualidad se encuentran en desarrollo. Certificar cuarto básico pone a las personas en la ruta de la formación permanente: una vez llegadas a esta posición pueden continuar nivelando los estudios básicos, para lo que Chilecalifica creó la modalidad flexible de educación de adultos, que se suma a la modalidad regular que supone la asistencia a las salas de clases en horarios rígidos, entre otras características propias. Luego de obtenida su licencia de básica pueden optar por la educación secundaria científico-humanista o por la técnico profesional, también en unas modalidades especialmente diseñadas para los adultos.
Contigo aprendo ha abarcado y abarca las regiones donde existen las tasas más altas de analfabetismo en nuestro país. Durante 2007 se lleva a cabo en las regiones de Coquimbo, Valparaíso, del Libertador Bernardo O Higgins, Maule, Biobío, Araucanía, los Lagos, Aysén y Metropolitana. Hasta el año pasado, contábamos con una inscripción total de 71 mil 30 personas, cifra a la que hay que agregar los 15 mil interesados que se encuentran siendo inscritos en este período. Al dar el vamos, el año pasado, a la instalación del Sistema de Formación Permanente, la Presidenta Michelle Bachelet nos entregó un mandato y una posibilidad: convertir los derechos formales en garantías y avanzar en los derechos efectivos, de manera de promover una verdadera igualdad de oportunidades para todos los chilenos y las chilenas. Contigo aprendo es -sin duda- una concreción de este mandato.

* Ignacio Canales Molina, director nacional de Chilecalifica

viernes, 14 de septiembre de 2007

Señales de un líder juvenil

por Rodrigo Salcedo



El liderazgo eficaz es el complejo resultado de una diversidad de factores. Aun así, se pueden identificar algunas características que acompañan a cada líder de jóvenes y adolescentes que logra hacer un trabajo sobresaliente. Lejos del estereotipo de líder juvenil hombre, joven, gracioso, intérprete de la guitarra, seminarista y con una camioneta, las siguientes señales acompañan a cada líder juvenil eficaz.


Señal 1: Tener Espíritu.
En el caso del líder de adolescentes, si no es tiene Espíritu de servir y ayudar, sus consejos se limitarán al manejo de recursos humanos, que por buenos que sean, no podrán satisfacer plenamente las necesidades de los jóvenes en conflicto. Tampoco nuestras motivaciones serán las correctas y nuestro trato no tendrá la eficacia de quien está provisto en la toma de decisiones.
La espiritualidad del líder juvenil es fácilmente discernible para los adolescentes y jóvenes de este tiempo. A ellos no les basta con un lindo sermón arriba de una tarima. Las relaciones interpersonales cercanas entre los líderes y los jóvenes son indispensables para una comunidad bien formada. Pero es en esa cercanía que se puede notar mejor el verdadero carácter del líder juvenil. Aun cuando parezca que los adolescentes no prestan atención, miran de cerca si las palabras de los líderes cuando instruyen son vividas por ellos cuando están abajo del escenario de ayudar y prestar servicio a los demás.


Señal 2: Sentirse llamado
Para muchos es obvio pensar que la decisión de ir a hacer misiones en lugares alejados y difíciles tiene una única explicación en un llamado especial. Si aquellos que se disponen a participar del líderes con adolescentes no tienen un llamado claro y específico a trabajar con ellos ocurrirá una de dos cosas o ambas: se sentirán muy pronto miserables o harán sentir miserables a sus adolescentes.
Tener la convicción de que nos han convocado a hacer ese trabajo es la única fuente de afirmación en que deberíamos depositar nuestra confianza. Al final, los resultados serán impredecibles. Solo un sentido de llamado claro hará entonces que el líder siga adelante.
Es tiempo de que se levanten líderes que no están «practicando hacer lideres» mientras trabajan con los jóvenes, pues hoy hacen falta dirigentes que entiendan que tienen un llamados a invertir en esta generación y a hacer un serio esfuerzo más allá de los aparentes resultados o de las expectativas de personas.

Señal 3: Aconsejar
La juventud es una época de muchas preguntas. La posmodernidad ha tornado compleja la dinámica adolescente; los cambios se han exagerado y los mensajes contradictorios abundan. Por eso es necesario que quienes guían jóvenes tengan respuestas contundentes y no ingenuas. El rol de modelo que a cada líder le toca debe ser ejercido con responsabilidad, y aquellos que han sabido aconsejar a sus adolescentes pronto comenzarán a recibir más muchachos(as) pidiendo consejos. Por eso, los líderes eficaces están preparados para la tarea de dar consejos comprometidos y sabios; para hacerlo se especializan en las cuestiones de la cultura, las crisis familiares, la identidad y en los distintos métodos para hacer una consejería eficaz. En otras palabras, trabajan y estudian para ser mejores consejeros. Pero un condimento que no puede faltar es ser confiables.
La confiabilidad es parte inherente a la capacidad de aconsejar y a la posibilidad de entablar una relación personalizada. Líderes que no poseen esta cualidad no tardarán en ser descartados por los adolescentes. Por eso es que me da lástima ver tantos líderes que solo dependen de un micrófono para comunicarse con los jóvenes, pues se pierden tantas oportunidades por no profundizar en sus consejos.

Señal 4: La cultura joven
El vértigo de cambio impulsado por los medios y el mercado exige una constante actualización de parte de los líderes juveniles. Los distintos grupos de adolescentes tendrán diferentes características en sus gustos musicales, en su vestimenta y en su lenguaje, y desconocer sus «ondas» equivaldrá a mostrar desinterés por sus gustos y atracciones.
Una manera de lograr esta actualización es observarlos en los lugares donde ellos se juntan. Otra manera recomendable es preguntarles a ellos mismos. Los jóvenes se sienten importantes cuando se les pregunta y por eso funcionan muy bien los cuestionarios y encuestas.
Es necesario hacer contacto con sus puntos de interés y sus códigos culturales.

Señal 5: Trabajo en equipo
Los líderes juveniles eficaces saben que solos no pueden lograrlo todo. Los líderes eficaces entienden que la misión es más importante que la posición y por eso reconocen las habilidades de otros y les facilitan la tarea sumándolos al trabajo.
Son tantas y tan complejas las necesidades de los jóvenes actuales que es imposible para un o una líder estar cerca de todos a menos que sea un grupo verdaderamente reducido. El liderazgo reconoce esto y dedica buena parte de su tiempo a reclutar voluntarios para su comunidad. Cuantos más líderes de calidad se tenga, más posibilidades de maduración tendrán los jóvenes.
Los jóvenes no necesitan solo líderes atléticos que sepan tocar la guitarra y sean extrovertidos. Si hay algún miembro en el equipo de liderazgo con estas características, ¡increíble!, pero hay jóvenes que se identificarían mejor con otras personalidades. Los mejores equipos son los que tienen una buena dosis de diversidad de intereses, personalidades y edades, y por tanto, contar con líderes adultos involucrados, por ejemplo, enriquece a los jóvenes con experiencias.

Señal 6: Se especializa
Desde hace poco más de una década, en países como Estados Unidos y Corea, un grupo cada vez mayor de estudiantes ha empezado a comprender el enorme desafío y la vitalidad que tiene el líder juvenil para la comunidades e instituciones, y de esto se han ido agregando materias de líderes juveniles a seminarios, colegios, universidades, etc.
Pero más allá de las posibilidades académicas existe la razón eje del lider juvenil: los jóvenes necesitan líderes preparados; ellos se merecen dirigentes que articulen una filosofía sensata y entiendan por qué hacen lo que hacen. Necesitan también guías creativos, con buena capacidad de auto-crítica y capaces de comunicar la visión y de organizarse.
Los líderes juveniles sobresalientes se toman su trabajo muy en serio y se consiguen diversos materiales y estudian dedicadamenté cómo ser cada vez mejores.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Realidad Infantil de Potosí (Bolivia)

"Nacer en Bolivia es algo parecido a ser lanzado, desde el primer día, en un trayecto sembrado de barreras y dificultades. El primer desafío es terrible: sobrevivir al mes. Luego se trata de seguir con vida al año de haber nacido. En ese tránsito, constituye un conquista mayor el cumplir cinco años sin desnutrición. Y son menos los niños que logran ingresar a la escuela y culminar la primaria. Menos todavía aquellos que no trabajan entre los 7 y los 13 años y que, ya en la meta, terminan la secundaria a sus 17 años. De 255 mil niños y niñas que inician esta "carrera de obstáculos" cada año en este país, sólo cuatro de cada diez la superan. Más de 150 mil niños quedan en el camino…."

Guadalupe Del Solar Eyzaguirre
Educadora de Parvulos
Voluntaria de América Solidaria Potosí-Bolivia 2007

lunes, 27 de agosto de 2007

La desigualdad, un tema del Estado. ¿ Y ese 1%?








Fernando Larraín
Diario La Tercera.

El protagonismo que ha adquirido en los últimos días el tema de la desigualdad, además de coincidir con el período electoral, coincide con ciertos factores económicos y sociales que permiten que se le dé la atención que hasta ahora se le había negado.

Sin embargo, el problema de la desigualdad –tanto de ingresos como de oportunidades- ha sido tratado de forma unilateral, porque los discursos públicos dejan entrever como único responsable al Estado (no sólo a quienes gobiernan, sino que al aparato estatal como organización).
Para el imaginario colectivo, entonces, la desigualdad es un tema que debe resolver el Estado, lo cual es una simplificación que constituye un gran error: la sociedad civil también tiene un importante rol que cumplir.

Respecto a la desigualdad de oportunidades, hemos avanzado bastante. De acuerdo a las cifras del Censo 2002, en 10 años se ampliaron significativamente las oportunidades en términos de cobertura educacional, acceso a salud y vivienda.
Pero aún nos quedan, como país, grandes desafíos en esta materia.

Es ahí donde las políticas públicas tienen mucho que aportar: una reforma previsional que fortalezca el pilar I; un mejoramiento en la calidad de la educación y ampliación de la cobertura preescolar; una reforma tributaria que busque mantener la neutralidad del sistema actual y lo simplifique, para disminuir la evasión y la elusión. El desafío es grande y de largo plazo, y en esta dirección deben apuntar las políticas públicas de los próximos años.

Sin embargo, los resultados de las políticas públicas no llegan a toda la población, ya sea porque las políticas sociales son limitadas, dada la carga tributaria del país, o porque estas políticas se construyen pensando en los más pobres. Es por ello que, para la mayoría de los chilenos, el acceso a la igualdad de oportunidades está relacionado principalmente con el ingreso que tengan las familias. Cobra sentido, en este modelo, la preocupación por la distribución de los ingresos.
Hay consenso respecto de que la actual distribución del ingreso es mala: eso nadie lo discute. En el contexto internacional somos una de las diez peores naciones en términos de igualdad de ingresos.
Contra la creencia masiva de que la mala distribución de ingresos se da en la mayoría de los niveles de ingreso, este es un fenómeno que nace en el percentil más rico de la población. La diferencia de ingresos en este percentil es cercana a $40.000.000, mientras que la diferencia en el percentil 90 es de sólo $26.000. Ello demuestra que los datos de distribución de ingresos se encuentran determinantemente sesgados por lo que ocurre en el 1% más rico de la población.

No podemos, entonces, hablar de la desigualdad a nivel país. Menos sabiendo que los sueldos crecieron sólo un 1,8% real el 2004, mientras las ganancias de las empresas -y por lo tanto de sus dueños-, bordearon al 40% en el mismo período. Dado lo anterior suena irrisorio pedirles a los trabajadores que redistribuyan mientras las empresas y sus dueños no lo hacen.
Por lo mismo, nuestro “primer mejor” es que todos nos hagamos responsables de la desigualdad, sabiendo que el compromiso de ese 1% es fundamental para avanzar hacia una mayor equidad de los ingresos y, por ende, en la generación de oportunidades.

Sabemos que estos cambios toman tiempo, pero ello no implica que debamos conformarnos con meros discursos y demagogias. Tenemos que comenzar a construir las bases para una sociedad más equitativa y más solidaria, menos individualista y más integrada. Por lo mismo, no podemos esperar que las políticas públicas se encarguen de todo.
Hoy más que nunca necesitamos de un acuerdo social tripartito entre trabajadores, empresarios y Gobierno y, en el fondo, éste depende de las ganas de avanzar que tenga ese 1% más rico de la población. No se debe discriminar a trabajadores no calificados (con salarios inferiores a su productividad), hay que avanzar hacia una mayor flexibilidad pero no hacia una mayor informalidad. Hay que incorporar componentes de variabilidad en el empleo, tener sistemas de turno y salarios participativos, buscar un mejor diseño de las indemnizaciones por años de servicio y eliminar la desigualdad de género.

Atacar los factores que ocasionan una distribución desigual, ya sea de las oportunidades o de los ingresos, es una tarea que exige consenso social. Conlleva esfuerzos y sacrificios, y requiere de convicción y responsabilidad. Sin embargo, es un desafío ineludible para construir un país más cohesionado; después de todo, equidad y gobernabilidad son condiciones de primer orden en la economía.


Fernando Larraín.

OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO...


En el año 2000, 189 jefes de Estado se comprometieron a cumplir ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015, entre ellos reducir a la mitad el número de personas que pasan hambre, o reducir en dos tercios la mortalidad infantil. Han pasado seis años y a este ritmo ninguno de los Objetivos se alcanzará. Incluso muchos de ellos tardarán más de 140 años en cumplirse. La Alianza contra la Pobreza ha realizado un documento donde se muestran los incumplimientos de los líderes mundiales y cómo su falta de voluntad política condena a decenas de miles de personas a morir de hambre cada día.

Objetivo 1.
Erradicar la pobreza extrema y el hambre.

META: Reducir a la mitad en 2015 el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a 1 dólar por día, y el de personas que padecen hambre.

Según el secretario general de la FAO, Jacques Diouf, en las actuales condiciones, el objetivo número 1 no se alcanzará en el año 2015, sino en 2150.

El objetivo se está logrando sólo en Asia Oriental y el Pacífico, pero NO en África subsahariana, América Latina y el Caribe, algunas partes de Europa y Asia Central.

Las personas pobres son cada vez más pobres. En África Subsahariana y en Asia meridional el número de personas que padecen hambre ha aumentado en decenas de miles. La agricultura industrial ha demostrado su fracaso y el SIDA se ha cobrado un número brutal de vidas que se encontraban en sus años más productivos.

1.100 millones de personas viven en condiciones de pobreza extrema (menos de un dólar al día) y 1.600 en condiciones de pobreza (menos de dos dólares diarios). En total representan el 40% de la humanidad. Y la pobreza se extiende tanto en el Sur como en el Norte, conforme crece la diferencia de ingresos entre la población más rica y la más pobre.


Objetivo 2.
Lograr la educación primaria universal

META: Todos los niños y niñas podrán terminar un ciclo completo de enseñanza primaria en 2015.

Se necesitan 3.700 millones de dólares más al año para alcanzar el objetivo. En 2015, 47 millones de niños y niñas seguirán sin ir a la escuela y África no alcanzará este objetivo hasta el año 2150. 86 países están lejos de lograr esta meta.

Para lograr la educación primaria universal en 2015 se necesitan al menos 18 millones de docentes más. El mayor reto se encuentra en los países del África subsahariana. La región tendrá que elevar el número actual de docentes en un 68% (de 2,4 a 4 millones) en menos de una década.

100 millones de menores en edad escolar no están escolarizados. En cinco países africanos, ni siquiera la mitad de los niños y niñas está matriculado. Asia meridional, Oceanía y Asia occidental también están rezagadas con un 20% de menores sin escolarizar. Ocho de cada diez niños y niñas sin escolarizar viven en África subsahariana o Asia meridional.

El peso del pago de la deuda externa y los ajustes estructurales del FMI y el BM, obligan a muchos países empobrecidos a recortar sus presupuestos en educación. Las políticas de la OMC presionan hacía la privatización de estos servicios. El continente africano paga por la deuda cuatro veces más que lo que gasta en Sanidad y Educación. En Benín, el 43% de la cancelación de la deuda se destinó en 2002 a la educación. En Malawi, los recursos sehan empleado por ejemplo a la formación de 3.600 nuevos docentes al año.


Objetivo 3.
Promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer

META: Eliminar las desigualdades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para el año 2005, y en todos los niveles de la enseñanza para 2015.

El primer objetivo que debía alcanzarse en 2005 no se ha logrado.

En más de 90 países la desigualdad en el género todavía existe en todos niveles educativos. Del total de menores sin escolarizar en el mundo, el 60% son niñas. Las mujeres representan, de manera análoga, dos tercios de los 880 millones de adultos analfabetos que hay en el mundo.

En cuanto a la igualdad de géneros en el trabajo, las mujeres trabajan en un mayor porcentaje que los hombres en la economía informal con menos probabilidades de un puesto remunerado.


Objetivo 4.
Reducir la mortalidad infantil

META: Reducir para 2015 en dos terceras partes la tasa de mortalidad de los niños menores de 5 años.

Según las tendencias actuales, el Objetivo 4 se cumpliría en 2045, 30 años después de lo acordado. Esto se traduce en un costo humano de 41 millones de muertes infantiles más.

En 2004, 11 millones de niños y niñas murieron antes de cumplir los cinco años. Desde 1990 las tasas de mortalidad infantil en el mundo tan sólo han mejorado significativamente en África septentrional, y en menor medida en América Latina, el Caribe y en el Sudeste asiático. Una vez más, la situación de África subsahariana vuelve a ser escalofriante: uno de cada seis niños muere antes de cumplir su quinto cumpleaños.
La mitad de estas muertes se deben a tan sólo cinco enfermedades: neumonía, diarrea, malaria, sarampión y sida. La mayoría de estas vidas podría salvarse con medidas de muy bajo costo como sueros, vacunas, antibióticos, instalación de mosquiteros, etc.
En 14 países, 10 de ellos en África, mueren más niños menores de 5 años hoy en día que en 1990.


Objetivo 5.
Mejorar la salud materna

META: Reducir la tasa de mortalidad materna en tres cuartas partes para 2015.

Todos los años, más de medio millón de mujeres muere durante el embarazo o el parto; es decir, cada día muere una mujer por minuto debido a esas causas.

Aunque a nivel mundial mueren menos mujeres en el parto, las cifras no se están reduciendo en los países más afectados. En África Subsahariana, sólo se atiende el 46% de los partos, siendo la zona en la que se producen la mitad de las muertes maternas ocurridas en el mundo.

El riesgo a morir durante el embarazo o en el parto afecta a una de cada 16 mujeres en África Subsahariana; en los países ricos a una de cada 3.800.

Para reducir la tasa de mortalidad materna aún se necesitan muchos más recursos encaminados a que los partos sean atendidos por médicos o personal capacitado.

Objetivo 6.
Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades

META: Detener y comenzar a reducir para 2015 la propagación del VIH/SIDA, así como la incidencia de enfermedades como el paludismo y otras enfermedades graves.


África subsahariana sólo ha recibido el 60% de los fondos prometidos para la lucha contra el sida. Si no se adoptan pronto mayores medidas para combatir la enfermedad, en 2025, las infecciones podrían propagarse a 90 millones de personas en África.

La prevalencia del VIH ha aumentado en todas las regiones del mundo y su propagación no ha podido detenerse en forma definitiva en ningún país.

En 2005 hubo 4.1 millones de nuevos infectados de VIH/SIDA. Sólo el 12% de las personas con VIH tiene acceso a los retrovirales. Esto se debe en gran medida a que la industria farmacéutica sigue dificultando el uso de genéricos a los estados más empobrecidos y azotados por la enfermedad.

Cada año el paludismo y la tuberculosis juntos causan la muerte de casi tantas personas como el SIDA. En África muere un promedio de 1 niño cada 30 segundos debido a la malaria. La tuberculosis lejos de reducirse sigue presentando una tendencia al alza.


Objetivo 7.
Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente

META: Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales e invertir la pérdida de recursos del medio ambiente. Reducir a la mitad en 2015 el número de personas que carecen de acceso al agua potable o saneamiento básico. Mejorar para 2020 la vida de por lo menos 100 millones de habitantes de infraviviendas.

A este ritmo, en 2015, cerca de 2.170 millones de personas en todo el mundo seguirán sin tener servicios mejorados de saneamiento y 650 millones no tendrán acceso a fuentes de agua en buen estado, 70 millones de personas más que lo previsto en el objetivo. Las consecuencias de la degradación ambiental aumentarán significativamente en los próximos 50 años y, según la ONU, es ya la segunda causa de fallecimiento de personas en el mundo.

La sostenibilidad no podrá lograrse con el actual modelo de consumo y uso de los recursos. Los suelos se degradan de forma alarmante, las especies animales y vegetales desaparecen a un ritmo comparable a la época de la extinción de los dinosaurios. Las emisiones de CO2, lejos de reducirse, están aumentando a nivel mundial (el último dato es un aumento del 4% en el 2003) y la sobreexplotación de los bosques y los recursos marinos aumenta.

Más del 60 por ciento de los recursos que permiten la vida sobre la tierra y que forman los ecosistemas se están degradando peligrosamente. Así el ser humano ya consume, usa o ha destruido el 40% de la capacidad de fijación de CO2 del planeta.

El consumo de agua en mal estado provoca más muertes que la guerra o el terrorismo. Más de 5 millones de personas –el 90% niños y niñas- mueren por esta causa. La misma cantidad de agua que usa una persona de un país del Norte en la cisterna del inodoro o en lavarse los dientes, es la que usan millones de ciudadanos del Sur para lavar, beber y cocinar durante un día entero.

Indigentes: ¿Cuándo nos pondremos las pilas con ellos?




El jueves 25 de Abril un joyero de Manhattan interpuso una demanda judicial contra las Personas en Situación de Calle (PSC) que dormían frente a su negocio. Fueron acusadas de “dormir en la vía pública” y de consumir alcohol, pero la verdadera acusación era ahuyentar a los potenciales clientes del local. La solución planteada por el afectado, era el traslado de los “ homeless” a un refugio u hospedería cercana al lugar; pero en vista de la imposibilidad de un traslado demandó en un millón de dólares a las personas que allí dormían.


En Chile estamos viviendo una situación similar. No por una demanda contra las Personas en Situación de Calle, sino por los cada vez más recurrentes conflictos entre las autoridades, vecinos, transeúntes y las personas que viven en la calle. Hemos presenciado en el último tiempo artículos de prensa (domingo 28 de Enero 2007) que su retórica versa sobre los mismos argumentos dados por el comerciante de Nueva York. Las Personas en Situación de Calle molestan, y al parecer sólo por su presencia.

Estos hechos los podemos ver desde varios puntos de vista. Hemos sondeado uno y podemos hipotetizar sobre el resto.

1.- Las personas que viven en la calle hacen de ésta un espacio necesario para la formación de su identidad.
Sus identidades se encuentran en constante tránsito desde:

• una identidad diferenciada: según los estados de integración tradicional,

• y una segmentada: o sólo atribuible a un ser de calle.

La diferencia entre ambas, es que mientras la primera impone lealtades, poderes y eficiencias externas hacia los sujetos (por medio de compromisos laborales, familiares, de seguridad y de orden), la otra impone lealtades marginales, tanto con los pares, las ONGs u otro significativo,

2.- Por lo tanto, la lógica de acción, tanto pública como privada, debe iniciarse a partir del entorno de calle, es decir, desde el supuesto que en la calle existen identidades en tránsito que pueden potenciarse; en este contexto, las ONGs se convierten en un mediador eficiente para accionar políticas sociales para la superación de la exclusión y pobreza , observando las lógicas de vida que se dan en la calle, los intereses sociales y políticos de la sociedad integrada. Son las ONGs de Chile las llamadas a escuchar la “voz de los pobres” y reflejar acciones desde ésta.

3.- Se pide a las personas de calle que transen y que entiendan la situación de vecinos y comerciantes, pero éstos no son capaces de ceder ante los OTROS. A través de las Municipalidades se los ayuda para que puedan salir de la calle, se les da oportunidades de empleo, de alojamiento en hospederías, pero a la vez los mismos actores municipales recurren a Carabineros para ahuyentarlos, no pocas veces con violencia y humillación. Estas contradicciones suman consecuencias negativas a la superación de la pobreza porque nos se establece un trabajo constaste de verdadero y genuino respeto por el otro; nuestra opción en “Moviliza” es el consenso como estrategia para superar pobreza, ello implica acción concertada entre todos los actores involucrados, donde todos transemos para dar alternativas reales para la superación de la exclusión.

¿Estabas al tanto de esto?

¿Y tú, qué estás dispuesto hacer?

¿Quieres ayudar trabajando?

• Moviliza: es una Corporación que busca mejorar la calidad de vida de las Personas en Situación de calle, por medio del desarrollo de capacidades y el fortalecimiento de sus derechos.










Proyectos en los cuales puedes participar:

1. Programa en terreno UNELC (Una Noche en las Calles): persigue lograr espacios de acogida y diálogo junto a las personas que viven en la calle.
2. Centros de Participación Comunitaria: en ellos se potencia la participación comunitaria. Lograrán así repensarse como los protagonistas de sus vidas y no como meros receptores de caridad. En los centros se revitalizan las capacidades de los pobres para afrontar sus problemas. Las actividades se centran en la promoción de la salud, el trabajo, la educación, los derechos sociales y la asistencia, entre otros.
Para mas información ingresa a: www.moviliza.cl

O envía un mail a: info@moviliza.cl



• Corporación Nuestra Casa








Proyecto:

Restitución de derechos y acompañamiento a personas que viven en la Vega Central (comuna de Recoleta), lugar donde cada jueves acude un grupo de voluntarios (Jueves Solidario). Además participar y potenciar el Consultorio de Derechos Sociales. Se trabaja juntos en torno a la espiritualidad, la cultura (paseos culturales), etc.

Más información en: http://www.nuestra-casa.cl/

Mail: voluntariado@nuestra-casa.cl

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